Lo sucedido en Francia en estos últimos días, ha puesto en alerta máxima al mundo moderno, tiros y troyanos estamos amenazados por una sinrazón, que ha cogido como bandera de lucha a la religión. Nada ocurre por casualidad, todo ocurre por alguna razón.
Son muchos los análisis y lecciones que nos deja esta gran tragedia, que el mundo entero la ha vivido y sentido en tiempo real, gracias a la avanzada tecnología de los medios de comunicación. Una de esas lecciones va dirigida a todos los padres y madres de familia del mundo entero.
Si hacemos un seguimiento a los modernos Kamikazes, observaremos que son hombres y mujeres muy jóvenes…casi unos adolescentes, la mayoría de ellos reclutados en sus propios países por grupos fundamentalistas, religiosos, políticos, etc. Dirigidos por individuos perversos que encuentran en estos jóvenes el caldo de cultivo, para un buen lavado de cerebro.
Todos de una u otra manera, pasamos por esa etapa en que nos preguntamos…Qué he venido a hacer a este mundo?…Cuál es mi misión al venir acá?….Cuál es mi propósito en la vida?….Esas crisis existencialistas por lo general se dan entre los 17 y los 27 años…recordemos a los integrantes suicidas del CLUB 27, todos jóvenes dedicados al arte y sucumbieron en la búsqueda de su propia identidad, experimentando con todo tipo de cosas que aparentemente los acercara a las repuestas a sus interrogantes e inquietudes existencialistas. La historia está plagada de tragedias como la de Waco en EEUU o la de Guyana.
La mente del niño, del adolescente, del joven es una esponja que todo lo absorbe, es un imperativo de los padres del mundo tratar de blindarla, ante los acosos externos que vienen en todas direcciones en este nuevo orden religioso – político – jurídico internacional, en esta gran aldea globalizada en donde la tecnología comunicacional avanza a la velocidad de la luz. No permitir que cualquier basura ingrese a ella, sobre todo las fuerzas oscuras del mal que pululan por el universo.
Estos jóvenes- adolescentes, curiosos, inquietos, contestatarios, cuestionadores del establishment, están por todas partes y son presa fácil de caer en extremismos, precisamente por su búsqueda de identidad, por no haber desarrollado al interior de sus hogares, en edades muy tempranas el sentido de pertenencia, lo de ser aceptado y sentirse parte de ese grupo primario que es la familia y a su vez el primer eslabón que lo conectará con la jungla de cemento.
La comunicación y la confianza entre padres e hijos…no nace de repente, no se da por imposición, se va construyendo desde la época de los pañales, pasando por las caídas y levantadas en el aprendizaje para dominar la bicicleta, la seguridad que sienten al recogerlos en la puerta de la escuela, del colegio, de la fiesta de cumpleaños, de la discoteca, en fin, decirles que pase lo que pase, pueden contar con el apoyo incondicional de sus padres.
Es muy importante armar conversatorios al interior de la familia, con temas del mundo, para conocer sus pensamientos, escuchar sus inquietudes, sus ideas sobre tal o cual situación, familiar, local, nacional e internacional sean éstas acertadas o no, es preferible que sean los allegados con quienes mantengan; si es posible, acaloradas discusiones, sobre tal o cual postura respecto a algún tema de trascendencia inherente a la familia o a la sociedad en general y se aclaren dudas y conceptos al interior de la familia, que siempre serán bien intencionados, a que se den en un medio extraño en el cual sus ideas serán reforzadas o rechazadas, dependiendo del interés de quien haga de mandamás, para luego a través de ellas ser sujetos de manipulación, para la consecución de protervos y maquiavélicos fines a través de la sumisión, la violencia, y el terror.
Padres y madres del mundo, la misión es difícil, es dura….pero no imposible.
Recuerden…
Cuentan con la mejor arma…EL AMOR.
Las mejores estrategias…LOS VALORES.
