El triunfo de Macri sobre el Kirchnerismo no sólo marca un cambio para la Argentina sino para toda Sudamérica. La preferencia de los argentinos por el nuevo Mandatario es consecuencia del cansancio de 12 años de un gobierno confrontativo, de prepotencia y corrupción, entre otras atrocidades.
Los primeros resultados daban a Macri una diferencia de casi 10 puntos sobre su adversario, pero conforme avanzaba el conteo se fue reduciendo. Se sabía que era muy difícil que pueda ser remontada por Scioli, pero al final lo que se conoce como el balotaje fue bastante ajustado. Se especula que se llego a un amarre para que la diferencia no sea muy grande, de haber sido así la existencia de el peronismo estaba en riesgo y Cristina no quería ser la sepulturera. La gobernabilidad no será fácil, como no lo serán tampoco las medidas que deberá tomar para iniciar el gran rescate.
El cambio de gobierno el 10 de diciembre es una muy buena decisión del pueblo argentino. Se evitan que los comentarios negativos y las bolas que se puedan echar a correr por parte de los perdedores causen cierta inestabilidad al gobernante entrante. Evita que la burocracia implemente sabotajes en las instituciones públicas, pese a que la presidenta Fernández a último momento incremento el número de burócratas, decisión será revisada con seguridad por Macri por salud económica. En Ecuador debería haber una transición así de rápido, y no perder tiempo en Reformas Constitucionales dictatoriales.
El electo mandatario ha ofrecido revisar el modelo económico, mensaje que fue bien recogido por los argentinos, no obstante que la estrategia del kiirchnerismo era de levantar una ola del terror indicando que se devaluaría y que algunos de los beneficios sociales que le otorgó el gobierno populista serian retirados. El tono conciliador y el restablecimiento de la confianza que trasmitió Macri, se tradujo en el comportamiento del mercado donde la bolsa bajó y el riesgo país cayó luego del triunfo.
Los 12 años del gobierno del kirchnerismo no serán fáciles de desmontar. La dádivas que el Estado dio a ciertos sectores sociales pobres y una gran burocracia que tiene atrás una familia numerosa, torna el panorama complicado, similar a lo que tendrán que afrontar Venezuela sumida en la pobreza y el caos luego de que Maduro deje el poder; igual al Ecuatoriano con el supuesto retiro de Correa, que deja un pueblo divido socialmente y endeudado económicamente, al borde de la quiebra.
Lo de Argentina no es más que el adelanto de lo que se vendrá en otros países. Parecido a lo que fueron las batallas por la independencia de España; unos se emanciparon primero y otros lo hicieron posteriormente pero siguiendo los mismos ideales libertarios.
Los tiempos no han variado. Países sudamericanos han tenido un retroceso en la libertad de expresión y pensamiento. La democracia por la que lucharon nuestros Héroes-Padres de la Patria se ha perdido. Volvimos al Estado soy yo. Una monarquía disfrazada de dictadura.
La prepotencia, arrogancia, la vanidad y el considerarse como seres infalibles dueños de la verdad, esta dando sus resultados. La política manejada por reyezuelos y sus acólitos como en las antiguas Cortes, son iguales a las Asambleas que están hoy presentes, igual de corruptas que hace 200 años.
Argentina ha marcando el camino. Se cansó de estar subyugados, pisoteados y vilipendiados por unos pocos cortesanos corruptos.
Regresaran las espadas de San Martín y de Bolívar por esta America latina, no por que la invoquen tiranos y corifeos farsantes que se han apoderado de estas tierras que ellos libertaron, lo será por que la voz del pueblo retumbara y se oirá con fuerza
Las mejor de las suertes para Argentina. Mauricio Macri no puede defraudar a su pueblo, los ojos están puestos en el cambio y en la apertura que se iniciará con su mandato.