21 noviembre, 2024

Es cuestión de prioridades

Estamos en el segundo domingo de adviento, tiempo de espera, de conversión y vigilia. Nos suena a cosas extratosféricas. Seamos sencillos, adviento para los que tenemos fe, no solo nos prepara para una fiesta, la gran celebración de un Dios que se hace hombre, de un hombre que nos invita a divinizarnos, no endiosarnos sino a elevar a su plenitud lo mejor de lo humano. Adviento tiempo de esperanza, de cambio, de sueños, de deseos, por algo coincide con el fin del año y comienzo de otro, lo humano y lo divino se rozan y desde que vino Jesús son impensables por separados.

Sin embargo, si no hacemos un alto en nuestro diario caminar, adviento no nos dice nada, no sirve. Quien desea reflexionar para ver si va en la ruta correcta, si no se está desviando de sus caminos y objetivos necesita parar, pensar, sentir y gustar qué cosas son las más importantes en la vida, no las más urgentes, que no siempre son importantes. Un buen profesor de filosofía y no filosofía lo mejor que puede hacer con sus alumnos es ayudarlas a hacerse las preguntas importantes de la vida, para puede usar muchos métodos como lo hizo un buen profesor con sus alumnos.

Un día que fue a clase llevó un recipiente un poco grande de vidrio, de repente delante de sus alumnos comenzó a llenarlo de piedras del tamaño de una naranja, cuando llegó al tope les preguntó ¿está completamente lleno el recipiente? Los alumnos dijeron sí ¿están seguros que no entra nada más? Ni una piedra, fue la respuesta. Saca otro balde con piedras más pequeñas de canto redondo, las que se encuentran cerca de los ríos. Y comenzó a meterlas en el mismo recipiente. Como eran más pequeñas se fueron ubicando entre los espacios de las más grandes, al mover el recipiente, entraron muchas más hasta el tope. ¿Ya no entra ninguna más? –preguntó el profesor- Ahora sí está lleno, dijeron los chicos. El profesor sacó otro balde con arena de mar, con finas piedras y las vació de nuevo en el mismo recipiente, se llenó hasta el tope.

Ven cómo siempre podemos poner más ES CUESTION DE PRIORIDADES si no hubiese colocado primero las piedras más grande no hubieran entrado las otras. Así es la vida. Lo primero es lo primero. Lo primero que tenemos que hacer son las cosas más importantes en la vida. ¿Cuáles son? Eso es lo que debo preguntar. Indicios de respuestas lo dará el ver a qué le dedico más tiempo en mi día, a mi vida. ¿Lo material o lo espiritual? ¿La familia o los amigos? ¿Los amigos o el trabajo? ¿el trabajo o los estudios? Si no organizamos nuestra vida, nuestra agenda, nos aplastará el tren de la modernidad tardía que no suele tener freno y cada vez nos invita a consumir, adquirir la última tecnología, estar a la moda, el aparentar que yo las puedo conseguir y así sucesivamente en una carrera que no me da paz ni alegría. ¿CUÁLES SON LAS PRIORIDADES QUE COMO LAS PRIMERAS PIEDRAS GRANDES SOSTIENEN EL EDIFICIO DE MIS SUEÑOS, IDEALES Y ME PERMITEN CRECER – SER?

Hoy la comunidad creyente invita a repensar nuestras prioridades en la vida, adviento es tiempo para ello, como personas, como familia y como comunidad de fe tenemos esta enorme oportunidad de encender una vela en medio de las oscuridades de nuestra sociedad y no maldecir la violencia, sino rechazarla, no fomentar angustia sino la esperanza, pues hemos experimentado aquello que nos dice el evangelio del segundo domingo de adviento: ¨Todos los hombres verán la salvación de Dios¨(Lc3:6) si la podemos ver es porque ya la hemos recibido, es cuestión de caer en la cuenta, de vivir despiertos, de dar la prioridad a fortalecer el interior de una vida que anhela plenitud, totalidad, eso es felicidad, eso es salvación. Yo debo preparar el camino como Juan Bautista, trabajando para allanar los caminos difíciles y colaborar con el sueño de Dios de una sociedad de iguales que todos podamos caminar sin tropezarnos.

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