A vísperas del año entrante, me propuse un ejercicio mental-espiritual y luego interrogué a otros.
La pregunta era la siguiente: ¿Qué quieres aprender, desaprender o lograr durante el próximo año?
Dentro de las respuestas recolectadas, las mías y las demás, nació esta sentida lista, abierta para quienes deseen poner el corazón en la boca y compartir lo que acontece muy dentro:
-Aprender a descansar.
-Desistir de la búsqueda de la perfección.
-Dejar de esconderme.
-Aprenderme el mapa mundi.
-No quiero sufrir por el pasado y todo aquello que está fuera de mi control.
-Aprender a ser vulnerable.
-Desaprender a juzgar.
-Dejar de pensar tanto.
-Enamorarme profundamente, sin ataduras ni remordimientos.
-Lograr mi independencia económica.
-Quiero ser agradecida siempre.
-Recuperar mi salud física (dieta) y espiritual (paz).
-No quiero torturarme por mis errores.
-Dominar el piano y el portugués para poder aprender otros instrumentos e idiomas.
-Para el final del año quiero mirar atrás y estar satisfecha de mi trabajo como nueva mamá.
-Ponerme al servicio de otros.
-Compartir lo que siento sin disminuirme o avergonzarme.
-Estabilizarme emocional y económicamente.
-Intuir generosamente las necesidades de otros y las mías.
-Pasar más tiempo con mis amigos.
-No asumir.
-Vivir en el presente.
-Quiero que volvamos a empezar.
-Leer mejor y escribir más.
-Dejar de pretender que no me duele.
-Quiero sentirme bien de no estar bien.
-Aprender a quererme.
-Desaprender el miedo.
-Atreverme.
-Sanar.
-Aceptar.
A mis lectores amigos, ¡un feliz y bendecido año nuevo y que alcancen aquello que se propongan!