Sin lugar a equivocarme los ecuatorianos debieron pasar las fiestas de navidad con lo justo y necesario. Si no lo hicieron de esa forma, deberán aprender que el año que viene tendrá que ser así. Gastar sólo lo justo y muy necesario.
Y lo JUSTO, porque será un 2016 donde apretadamente se conseguirán los recursos para que en los hogares se logre parar la olla. Se deberá manejar la economía familiar con mucha prudencia. Quienes tengan un trabajo, esmerarse para conservarlo. La reducción de personal es parte de la estrategia y del presupuesto de casi todas las empresas, los esfuerzos del gobierno por convencer al sector privado son inútiles, se perdió la credibilidad y la confianza.
Lo NECESARIO ya que irremediablemente se tendrá que satisfacer solo aquello que nos sea sumamente indispensable. La época de bonanza termino. Se derrocho dinero a manos llenas y muchos se sobredimensionaron pensando que la prosperidad era eterna. La joda la empezará a sentir el pueblo en forma contundente el 2016.
Se termina un 2015 dominado por las preocupaciones que representa la caída de los precios del petróleo. Las salvaguardias que encarecen los productos. Las enmiendas que ensombrecen el futuro político del país y la incertidumbre de nuevas medidas aún más duras que se implementaran el 2016 conforme el gobierno se quede sin recursos.
Debemos ser optimistas a pesar de los diagnósticos. Que el año venidero podamos capear los obstáculos que se pongan en el camino, tanto en la vida cotidiana como por parte de las autoridades.
Que el Todopoderoso de a los ecuatorianos la serenidad y capacidad de respuesta suficiente para los momentos difíciles que están por venir.
FELIZ NAVIDAD Y UN PROSPERO AÑO 2016