21 noviembre, 2024

Volver a la realidad

Una vez que concluyeron las festividades de navidad y de fin de año, hay que volver a la realidad de nuestro país. Las fiestas sirvieron para disipar un tanto las preocupaciones por la situación económica y lo que será el futuro en el 2016, pero en esta primera semana de trabajo, debemos sentarnos y planificar para lo venidero que se pinta difícil.

El gobierno ya pego su primer golpe al sector privado con un incremento en las tarifas eléctricas para la industria y el comercio; dicen que lo que retiran es el subsidio y que no se afectará a la ciudadanía. Algunos empresarios no saben a qué subsidio se refieren. Como siempre tratan de vender su verdad, no tienen idea de cómo se maneja un negocio. ¿Y las hidroeléctricas que nadie sabe los millones que han costado no entran a generar el 2016?

El gobierno ha ofrecido desmontar las Salvaguardias, pero con seguridad tendrán aparejadas algunas otras restricciones como el timbre cambiario o cupos, no tan puntada sin hilo. Tanto Colombia como Perú, confiaron en la palabra del Ecuador para dar su apoyo para avanzar en el Acuerdo de Libre Comercio con el Parlamento Europeo, sería una vergüenza que traten de buscar argucias para tomarle el pelo a los hermanos países. Ya empezaron con el yo no dije, fuiste tú, etc.

El Presupuesto de Estado para el 2016 tiene un desfinanciamiento que se arrastra del año anterior, sin que se sepa como lograrán cubrirlo. El precio del petróleo continua su caída; el escenario que se observa con los problemas en Medio Oriente y los cambios climáticos como consecuencia del Niño, dejan entrever que no habrá una recuperación en el precio. Parece que lo que está pensando el gobierno es en volver a renegociar los contratos con las petroleras; hay que ver si no se les van; además eso no los sacará del hueco.

Las expectativas del sector privado siempre dependen de las acciones que tome el gobierno, que deberán ser rápidas para que el deterioro no sea mayor. La confianza, factor importante para que el aparato productivo se ponga en marcha desde el inicio de este año, no está dentro de los planes del Presidente, muy por el contrario, la última sabatina del 2 de enero, fue para arremeter contra todo lo que él considera oposición entre lo que incluye a los empresarios. Hay que volver a la realidad, no hay nada pueda infundir optimismo.

Los pies en la tierra, no hay propósito de enmienda pese a que tienen el ejemplo de Argentina y Venezuela. Mueren en su ley, aun a sabiendas que se llevan al país consigo. Quienes piensan que el régimen hará recortes en la burocracia y que el despilfarro se convertirá en austeridad, están en otro país y no en el de la revolución del sigloXXI.

Los ecuatorianos empiezan esta semana a vivir una nueva realidad. La crisis que se avecina hará que muchos añoren el 2015.

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Con el mismo razonamiento de Pablo de Tarso en una parte de una de sus varias cartas,
si tuvieras todo el conocimiento del mundo y con este logras dar la solución a la paz mundial o a la pobreza, pero no lo haces por amor, no te sirve de nada. Porque puede haber sido por ego o por ganar dinero, entre muchas otras cosas. Serias como un “metal que resuena o unos platillos que aturden”.

El cotorreo, las habladurías

Uno de los defectos más desagradables del ser humano es el hablar de los demás, el desprestigio ajeno es nacido muchas veces de la envidia, del aburrimiento, o simplemente de la maldad. Muchas veces incluso nosotros mismos, por atropellados, caemos en esta trampa y juzgamos anticipadamente a las personas y los dejamos por las patas de los caballos. Recuerdo la historia del novio adolescente que iba a la casa de su novia a pedirle matrimonio y al llegar a la esquina, alcanza a verla estirándose para abrazar a un joven desconocido y darle un beso con amor. Regresó a su casa, escribió una carta de rompimiento y regresó para dársela. Ella, al abrir la puerta, lo saludó muy cariñosa y le contó que estaba llena de alegría porque su hermano que estaba en el ejército, acababa de llegar sano y salvo. Pálido, disimuladamente y agradeciendo que ella haya hablado primero, rompió disimuladamente su ofensiva carta. Un viejo consejo de una tribu de indios de Norteamérica, recomienda que nunca hables mal de nadie hasta que hayas caminado con sus sandalias al menos una semana, es decir, nadie sabe los motivos de la forma de actuar de alguien y es muy triste que nos atrevamos a juzgar su actuación, sin conocer los motivos por los que lo hizo y peor aún a veces, sin saber si en realidad lo hizo o no.

A veces crucificamos a las personas por lo que creemos que han hecho, hacemos escarnio público de ellos, tal como hicieron los judíos con Jesús, simplemente por presunciones. Una frase de Jesús que me permito recordar es “NO JUZGÉIS Y NO SERÉIS JUZGADOS”, y creo (al menos por mí) que es la mayor misericordia que Dios puede tener conmigo.

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