22 noviembre, 2024

¡No hay de qué preocuparse!

La preocupación por la situación económica que se empieza a vivir ha llevado a que en el léxico de los ecuatorianos las palabras que más se repitan sean: dinero, crisis, desempleo, gasto, endeudamiento, dolarización, Fenómeno del Niño, etc.

Los únicos que no perciben la problemática y para quienes no pasa nada es el Presidente y a su grupo. Para el grupillo el país está de maravilla, antes de la revolución nada, con ellos el despertar del letargo de la inoperante partidocracia y Ecuador cambio.

Lo que está sucediendo en la economía ecuatoriana y lo que sus cifras representan es simplemente algo coyuntural, momentáneo que se resolverá en poco tiempo según RC.

Las noticias alarmantes sobre la fluctuación de precios del petróleo no causan la mayor preocupación, pese a que ni siquiera se cubren los costos de extracción. Se busca con desesperación adjudicar campos hidrocarburiferos a inversionistas privados, hasta ahora solo aparecen en el escenario los chinos; se hipoteca el futuro del país por más de 20 años. No hay deuda que no se pague, ni pagare que no se venza. No obstante, NO HAY DE QUE PREOCUPARSE

Para RC, no existe crisis, es la oposición que quiere vender esa figura, como tampoco es verdad que no haya ahorro y que el gasto público se haya elevado. Su gobierno es el que mayor inversión ha realizado en la historia republicana.

Los déficits según RC no son malos, lo que importa es que los ingresos permanentes cubran los gastos permanentes(?) Si no hay ingresos del petróleo, las recaudaciones tributarias bajan, las exportaciones siguen cayendo y la inversión tanto extranjera como privada no existe. ¿De qué ingresos permanentes nos habla?

Hasta ahora para el gobierno no hay nada que corregir o rectificar en su modelo económico. Lo que está sucediendo es un asunto temporal. Los pagos que el gobierno debe cubrir los está haciendo con más endeudamiento, solución que recomendó a los ecuatorianos al indicar que para eso se tiene la tarjeta de crédito.

Se necesitan con urgencia ingresos para cubrir el déficit, se debería recurrir a organismos internacionales que den créditos con un interés bajos. En la actualidad se los consigue en condiciones agiotistas.

Los sectores productivos hacen lo que pueden para mantener las plazas de trabajo, mientras el gobierno envía cartas que contienen veladas e ilegales amenazas a las empresas que reduzcan personal. La burocracia central continua igual, pero NO HAY DE QUE PREOCUPARSE.

Los Prefectos y Alcaldes de casi todas las provincias, se quejan de que no reciben los aportes a que tienen derecho por ley, dificultándoles el continuar con obras y cumplir con los salarios; el gobierno pide paciencia y se ratifica en la muletilla de que no hay de que preocuparse.

El Fenómeno del Niño ya hiso sentir sus primeros impactos. Poblaciones costeras, de la serranía y amazonia sufren de inundaciones con pérdidas de vidas, casas, cultivos; las víctimas se suman de apoco. Los deslaves y el aumento de los caudales de los ríos obligan a la evacuación de familias enteras a alberges improvisados. El mar embravecido por los aguajes y oleajes rompe las vías de la revolución. Lo paradójico es que NO HAY DE QUE PREOCUPARSE.

Da la impresión de que el gobierno de RC, está más interesado en difundir su obra y de buscar el sucesor que continúe la revolución, que pensar en soluciones a la crisis que ya se siente por todo el país. Con la dolarización no se debe jugar, como tampoco se debería experimentar con medidas o proyectos que aumenten la desconfianza.

Pero ahora según RC, NO HAY DE QUE PREOCUPARSE.

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