Hace años la historia de Ana Frank indignó al mundo. Pero según Nicholas Kristof, esa historia se está repitiendo:
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Que pena que las grandes y potenciales naciones se hayan vuelto sordas, ciegas y mudas ante tanta injusticia, dolor,y miseria por parte de los migrantes que tratar de buscar un refugio seguro y estabilidad junto a su familia, dejando abandonado su terruño, su casa y más comodidades ante la vorágine de una guerra de fanáticos religiosos.
Que pena que las grandes y potenciales naciones se hayan vuelto sordas, ciegas y mudas ante tanta injusticia, dolor,y miseria por parte de los migrantes que tratar de buscar un refugio seguro y estabilidad junto a su familia, dejando abandonado su terruño, su casa y más comodidades ante la vorágine de una guerra de fanáticos religiosos.