“Hecho de volver a encontrar o a encontrarse”. Diccionario.
“No te dejes abatir por las despedidas. Son indispensables como preparación para el reencuentro y es seguro que los amigos se reencontrarán, después de algunos momentos o de todo un ciclo vital.” Richard Bach.
Observamos cada día una contradicción que se presta a muchas interpretaciones, pues estamos híper conectados y muchas veces muy solos.
Esto se debe a que la química que se produce en nuestro organismo no tiene nada que ver con los contactos distantes de los medios electrónicos, por ello vemos cada día más reuniones y encuentros entre compañeros(as) de escuela, colegio, universidad, trabajo, que después de años de no verse, acuerdan los reencuentros que nos traen alegrías, nostalgias, reflexiones y penas, entre otros sentimientos, al conocer durante estos reencuentros cómo hemos cambiado, conocer de nuestros éxitos y fracasos, de nuestros tropiezos, logros y de nuestra salud.
Estos reencuentros, cada vez más frecuentes, tienen el encantador efecto de renacer en nuestros corazones y desempolvar el archivo de nuestros recuerdos, hechos que reviven nuestras emociones y confirman lo que hemos vivido y como lo hemos hecho.
Vivir es también un ejercicio de reencuentros mentales, físicos y emocionales no solo con las personas que tocaron nuestras vidas, pueden ser también con libros, fotos, lugares, comidas y mucho más. Todo ello revive nuestras emociones y nos hace vivir la experiencia del tiempo y el espacio en retrospectiva, recordando el recorrido de nuestras vidas y todo lo que cada hecho significó en nuestro ser y hacer.
Al encontrarnos con los compañeros(as) del colegio volvemos a ser los jóvenes con todas las vivencias de lo que hicimos en estudios, deportes, bromas, broncas, sobrenombres, farras, amores y desamores, entre muchos hechos que formaron nuestras vidas. Al ver las fotos del recuerdo vemos que aquel compañero(a) al que llamábamos el flaco(a) ahora es gordo(a), y asi tantas cosas más.
Por ello los reencuentros son necesarios, nos reviven, nos revitalizan y nos dice qué hemos vivido, especialmente cuando recordamos a los que ya se fueron, recordamos como era nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestras fiestas, nuestra música, nuestra vestimenta y nuestra historia.
Por ello, no pierdas la costumbre de los reencuentros, date un descanso y un momento en lo personal y material para reencontrarte con el pasado de tu vida y recordar cómo y porqué te encuentras donde estás y qué sabias reflexiones puedes compartir con tus herederos y las nuevas generaciones, para con todos esos hilos de vida tejer la historia de lo que somos, de nuestras ciudades, países, desarrollos, emprendimientos y todo lo que significa haber vivido y compartido.
Vivir es también recordar y reencontrar lo que marcó tu vida.
“Poder disfrutar los recuerdos de la vida es vivir dos veces”. Marcial