Paso el carnaval y los múltiples rumores que origino la pelotera del Presidente Correa con los militares por los terrenos de los Samanes y el vómito prieto que tendrían que hacer por el pago en exceso de 41 millones, va quedando como otros muchos casos en el olvido. Tampoco existirán sanciones para quienes los negociaron con el supuesto elevado sobreprecio.
En tiempos de la larga noche neoliberal, las ofensas, el maltrato y el descabezamiento de la cúpula militar hubiera desembocado en un carnavalazo. Nadie se explica la actitud pasiva de la FFAA, sin con esto decir que se debió llegar a un golpe parecido al del 30S; pero si debieron exigir con energía el respeto al uniforme y a toda una carrera que conlleva sacrificio y entrega.
Lo del ISSFA para muchos fue y es, solo una mascarada sobre la que se hablara en tiempo pasado. Los hechos se dieron y como el gobierno está totalmente falto de billete, los 41 millones que le restan a la institución de los militares es casi como querer raspar el cocolón de la olla y que de paso les salga quemado. Pura pantomima.
El globo de carnaval que soltó el Presidente fue muy peligroso, pudo incendiar el ambiente como sucede con aquellos que se elevan con motivo de las festividades en tierras de la morlaquia y que se denominan faroles. Todo depende de cómo sople el viento y se consumen.
Se promociono el caos y la trifulca por 41 millones que no representan nada ante los miles de millones que se han gastado en obras muchas de las cuales no servirán para nada. Se hiso tabla rasa de la ley y de los procedimientos que se deben seguir para tramitar una controversia que se plasmó en un contrato; ahora se dice que se firmó de buena fe. Se calificó de leguleya la opinión de juristas versados en la materia; pero por otro lado se dice estar a la espera del pronunciamiento de la Contraloría. ¿Quién los entiende?
Se puso en evidencia una vez más que hay una total desinstitucionalización en el país, cuando se observa que la única Función que prevalece es la Ejecutiva. No se ha presentado un reclamo formal ante la Judicial que debería ser la encargada de solucionar el conflicto, aunque se sabe de antemano que el fallo será en contra.
En todo caso el globo mantiene su peligro de estallar y solo falta que se suscite otro conflicto del que salga la chispa que lo reviente.
La situación económica y los focos de violencia que se van dando en el país provocados por el mismo gobierno, caldean el ambiente y siembran vientos nada buenos. El país requiere tranquilidad no zozobra.