¿Qué es ser persona?

Hay en nosotros un elemento muy humano encargado de construir nuestra identidad, otorgando un sentido único a nuestros pensamientos y actos: la personalidad. A nivel popular, la personalidad se pinta de varias tonalidades. Hay quienes aplauden y envidian al que “Tiene personalidad”, refiriéndose a aquel que se atreve a hacer algo que muchos no hacen por timidez o miedo. También se escucha entre los ávidos del amor comentarios como “Lo que importa no es el físico, sino la personalidad”. Y luego de la ruptura, se busca consuelo en la afirmación de incompatibilidad por “diferencias personales”.

Desde un marco etimológico, el término persona proviene de la voz latina personare y significa ‘resonar a través de una máscara’. Esta máscara es la que cubría el rostro del actor en el teatro griego, principalmente en las tragedias. Tenía un orificio a la altura de la boca, proporcionando a la voz un sonido vibrante.

Nótese la metáfora subyacente en esta etimología: la persona como máscara. Un ser oculto tras un velo colorido; una imagen impostora que se relaciona con otras imágenes de la misma cualidad. Aun más, llama la atención la acción de resonar, como si la persona real luchara internamente por darse a conocer y en la superficie se detectara su esfuerzo apenas por el sonido de la voz vibrante.

Dice el filósofo Zubiri que el hombre es una realidad no hecha de una vez para todas, sino que tiene que ir realizándose en un sentido muy preciso. El hombre no sólo es real, sino que es «su» realidad absoluta. Por lo tanto, es real frente a «otra realidad» y a su vez está suelto de cualquier otra realidad.

En dicha construcción de la realidad se inserta el concepto de la personalidad como estructura y referencia. Estructura en cuanto a organización interna (pensamientos, afectos, valores, etc.) y referencia en cuanto a pautas de acción (respuesta de afrontamiento).

Se dice que una personalidad es anormal cuando los rasgos distintivos que la componen son inflexibles y mal adaptativos, mermando la capacidad del individuo para enfrentarse positivamente a las dificultades de la vida. Esto produce una alteración importante en el desempeño laboral y social, ya que se consolida como un patrón resistente a través del tiempo (los llamados trastornos de la personalidad).

El psicólogo Carl Jung dijo: “Muéstreme un ser humano sano y yo lo curaré para usted”. Tan vibrantes palabras exponen la fragilidad humana y su condición imperfecta. Tenemos la capacidad de reconocer nuestra falibilidad y a la vez ser lo suficientemente valientes para ahondar en la introspección; detectar nuestras carencias, miedos, mecanismos de defensa y demás, para así abrirnos a la inmensa posibilidad del cambio. Jung dijo también: “Tu visión devendrá más clara solamente cuando mires dentro de tu corazón… Aquel que mira afuera, sueña. Quien mira en su interior, despierta”.

Y al quitarse uno la máscara, al final del espectáculo, la pregunta resuena: ¿Qué es ser persona?