En estos tensos días que estamos viviendo y que en forma irresponsable se ha desatado una ola de desafíos, de provocaciones y descalificaciones en contra de las FF.AA. y de destacados militares de la “generación victoriosa”, me he puesto a revisar el libro “Misión y Esencia de las Fuerzas Armadas”, una recopilación de discursos que diera en los cuarteles el ilustre estadista José María Velasco Ibarra.
Vale la pena transcribir algunos fragmentos de los discursos premonitorios de tan fogoso e ilustrado Presidente:
“Las horas que estamos pasando son horas negras: No debemos engañarnos, son horas en que no se sabe qué es derecho y justicia, qué es razón y sinrazón. Es la hora del maquiavelismo, del imperialismo y del caos. Es menester que nosotros superemos esta hora con valor. Las Fuerzas Armadas son el marco, para que dentro de ese marco puedan los hombres libres buscar la razón en el mundo de esclavitud y de tinieblas
Estos días hemos visto cómo campea la injusticia: no solamente nosotros hemos sido amenazados injustamente, hemos sido retados y se nos ha insultado con lenguaje que no repetimos porque nosotros nos respetamos.”
“La gloria militar crea la nacionalidad; la gloria militar individualiza la nacionalidad; la gloria militar da personalidad, forja al pueblo y lo forja ¿para qué? ¿lo forja para la destrucción? ¿lo forja para que unos hombres devoren a otros hombres?, No. Lo forja para que cada pueblo, y especialmente el ecuatoriano, tenga la voluntad nacional firme, encarnada en su historia y que debe purificar el futuro, la voluntad firme del derecho, de la justicia y de la libertad.”
“…tenemos que fortalecer la pujanza militar, la virilidad militar; no para conquistar, no para subyugar la libertad, sino para defender a la Patria y para clavar en las cumbres ecuatorianas las normas de libertad sincera, de la democracia austera y fecunda.”
“El Ejército ecuatoriano está por encima de los partidos políticos, está al margen de los partidos políticos, no será jamás obstáculo para que se definan las corrientes cívicas y políticas en el futuro de la república, pero sólo una cosa sí impondrá: que ninguna fuerza política pretenda amenguar, rebajar, disminuir a las Fuerzas Armadas ecuatorianas, porque las Fuerzas Armadas ecuatorianas no son asunto de juego, no son asunto de pasión, ni asunto de convencionalismos políticos, ni de ambiciones sin fundamento ni base; las Fuerzas Armadas ecuatorianas son la raíz misma de la Patria, su brazo, su columna vertebral de la república, su muralla moral; y así como con la Patria no se puede jugar, con la Patria no caben represalias, así también nadie puede jugar con las Fueras Armadas ecuatorianas, ni tomar represalias, ni venganzas, ni servirse de ellas en forma antipatriótica y arbitraria. Libertad, amplia libertad, absoluta libertad, pero respeto sagrado a la Patria y a las Fuerzas Armadas ecuatorianas, cimiento, base y defensa de la República.”