Como muertos vivientes caminan despidiendo carne maloliente y fétida. La lluvia de los escándalos de corrupción les cae encima y ya no les deja levantarse. Llegaron al poder pintados de rojo ahora están pintados de ceniza de presidiarios. Ahora los estamos viendo tal como son, tal como han sido. Corruptos, afiebrados de poder, de abusos, prepotencias. Reyes de la farsa, se están jugando su última carta en esta tierra rica de tiranozuelos. Siéntate a ver pasar el cadáver de estás falsas promesas. Viendo pasar el residuo en que han quedado estás huestes que le cantaban a los desposeídos y nos desposeyeron más aún.
Fueron un fenómeno y terminaron como un fenómeno de hambre, mayor desigualdad y pobreza. Pero se enriquecieron, como nunca antes: recibieron sobornos, sobreprecios, les pagaban por adelantado, se fundaron Institutos con sus nombres y cuando los inauguraban ellos mismos debelaban sus estatuas, de oro de fantasía, de hojalata de carro de niño pobre de las favelas. Les cayó la verdad y la verdad grita: “somos la mentira del siglo 21”. Canta una pobre luciérnaga porque le robaron su luz y ya no podrá volar más para alumbrar el fango de los poderosos que caminan desnudos el camino a la cárcel.
Un grupo de mujeres vestidas de negro recitan versos que les recuerdan sus fechorías. Hombres a machete no permitirán que escapen. Se ufanaron de su poder. Majestad decían que los llamen. La luna se ríe de la cebra que nos trajo estas desgracias porque creían que iban a durar mil años. Los estamos viendo: arrinconados, feroces, ilógicos, irracionales, incoherentes. A todos les tiempo se les termina, se les va. Terminaran presos, echados del poder, perdiendo elecciones, cargando con hijos desconocidos, enfrentando a los enfermos de cáncer…
He decidido arrancar de mis sueños al águila blanca que en mis ratos terribles aparece y pedirle me lleve hasta Caracas y participar en las marchas que van a derrotar a Maduro, de ahí a apoyar al pueblo de todo Brasil que también están pidiendo la salida de Dilma y el apresamiento del falso profeta. Luego ir a brindar con te de coca por el fin del Evo, su amante y el hijo “yo no fui”.
Los egipcios creían que cerebro era la parte más inútil del cuerpo. Tanta sabiduría el ellos pero sostenían tan errado criterio. Este momento hay que ser certeros, ciertos, sabios, para no dejar cabos sueltos y permitamos que vuelvan. Todo ser investigado, auditado, la lista de los nuevos ricos debe ser conocida y compartida. Todos los excesos deben ser llevados ante la ley y el estado de derecho. Una gran batalla en derecho nos toca preparar para, tal como en Brasil, no dejar que la impunidad los haga volver.
SOLCA, estoy contigo, indignado y contigo.