21 noviembre, 2024

Colonización de América

El mercadeo gobelino propuso el nombre de la “Revolución del Siglo XXI”, que tanto éxito había producido entre otros “mentirosos” de Centro y Suramérica con apoyo de grupos asalariados muy ambiciosos.

Sin embargo, el propósito siempre fue implantar una nueva colonización al estilo de Colón y a los grandes inmorales Hernán Cortés o Francisco Pizarro, a quienes la corona les otorgó en las capitulaciones de descubrimiento y conquista amplios poderes y prebendas, de forma que los mismos conquistadores ejercieron de su forma y manera los primeros sistemas de control y explotación efectiva del territorio.

Estos especímenes además de títulos de gobernadores, y capacidad para nombrar alcaldes y funcionarios en las poblaciones que fundaran, tenían además plena autoridad militar, político-administrativa, confiscatoria y judicial.

Esto plasmó que la nueva colonización, Siglo XXI” se hiciera fuera del control efectivo de una “Constitución”, que fue cortada a la medida por el gran sastre, decidido a no dejarse constreñir por ella y tenerla para adornarla como pieza de utilería. Se sienten “Soberanos” que practican un rígido control de la corona.

Los primeros problemas entre el colonizador, y las primeras disensiones internas (enfrentamiento entre el “ungido” y los pobladores) se dio porque los consideró apenas unos empleados esclavos y eunucos.

Su Estresante Majestad desarrolló su forma de control y dominio a cierto número de ciudadanos. Se les exigía: trabajo o tributos y se le ofrecía a cambio adoctrinamiento y cien vírgenes vestales: “algún día”.

La Revolución Alfarista, título del que pronto se apoderaron fingiendo emular al inigualable “Eloy Alfaro”. Aquél que el 5 de junio de 1895, el pueblo de Guayaquil luego de pronunciarse contra del “sabido” presidente interino Vicente Lucio Salazar lo nombró Jefe Supremo. Fue el más importante fenómeno de movilización social del siglo XIX republicano.

Surgió del agro costeño y tuvieron desde su inicio un carácter reivindicativo y de resistencia popular frente a las intimidaciones por la autoridad del auto creído Majestad de su período.

Su base social estaba en el obrero, pequeños propietarios y trabajadores sueltos, por lo que adquirió una connotación plenamente política, de carácter liberal militante, bajo la conducción de valientes guayacos y hombres de bien ecuatorianos que se lanzaban a la lucha a la cabeza.

Es así como un joven revolucionario manabita, llamado Eloy Alfaro, se convirtió desde la época garciana en un afamado insurgente liberal. Hijo de una familia de comerciantes, su voluntad, inteligencia y capacidad de mando le granjearon progresivamente el liderazgo del liberalismo en toda la costa ecuatoriana.

Mientras el «Progresismo» logró nuclear a su alrededor a buena parte de la clase política ecuatoriana de entonces, pero el nivel decisorio quedó reservado a «La Argolla», nueva alianza oligárquica consolidada en el poder y de la que formaban parte solo algunas de las grandes familias propietarias de Quito y alrededores. Ello explica que muchas otras familias poderosas de cada región, tanto conservadoras como liberales, combatieran activamente al «Progresismo».

Pese a su proclamada vocación política anti-extremista, el régimen progresista resultó ser uno de los más represivos y corruptos de nuestra historia, especialmente durante el gobierno de Caamaño, caracterizado por el permanente estado de sitio y las turbias negociaciones de la deuda externa y de la construcción de ferrocarriles.

Triunfante Alfaro entra por segunda vez a la capital en enero de 1906 para ejercer un nuevo período de gobierno. El mismo año convoca a la Asamblea Constituyente que aprueba una nueva Constitución. En ella se contempla la separación completa de la Iglesia y el Estado, el laicismo en la enseñanza oficial, el equilibrio entre los tres poderes, las garantías individuales y políticas. 

Alfaro es a su vez elegido Presidente de la República para el período 1907 a 1911.

Al año siguiente, al viajar Alfaro a Guayaquil en julio de 1908, un grupo de soldados y suboficiales ataca la casa de la Gobernación donde se alojaba el Presidente y gracias a los oficiales de guardia y guayacos que lo defienden heroicamente, éste salva su vida y contraataca, persigue a los sublevados, los apresa y fusila a varios de ellos.

Hoy, el móvil principal de la colonización de Su Estresante Majestad fue la extracción de riquezas naturales a través de la minería y la agricultura fundamentalmente, la enajenación de los futuros ingresos de los ecuatorianos y los dislates de grandeza en que malversa el Tesoro Fiscal ¡De los ecuatorianos!

El osario del General Eloy Alfaro debe de estar hirviendo de indignación: ¿Dónde están mis generales y coroneles? ¿Dónde están los guayaquileños y demás hombre ecuatorianos de bien?

Mi Padre vino al Ecuador para no ser sometido, lo amó y me inculcó el paradigma de ser siempre justo y amar al prójimo. Mi suegro, un caballero, guayaquileño, muy creyente de Dios, pero Alfarista hasta la médula.

Viva Ecuador Libre ¡YA!

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