Hasta hace algunos años atrás, el saludarse entre amigos significaba, en el encuentro, conocer del bienestar de las familias amigas. Al despedirse, era casi infaltable, los “recuerdos” o “caricias” para los allegados de ambos…¡Cómo han cambiando las cosas! Ahora todo responde al temor. El meollo de la conversación es sobre el asalto recién anunciado por la televisión, o el crimen del esposo celoso que echa ácido en el rostro de su conyugue, o el “ajuste de cuentas” entre pandilleros por el dominio del espacio urbano, o el operativo policial que dejó una que otra tonelada de droga fuera de circulación, o la violación de una alumna por el director de la escuela…Hay cientos de actos delictivos, desde luego, con cientos de formas para cometerlos, que están ocurriendo en este instante… Los ojos de águila, localizados en los barrios y puntos de venta, son los modernos testigos de cargo de esta eclosión de violencia… Y claro, al decir hasta pronto los amigos, casi al unísono, también dicen, y con mucho énfasis, “CUÍDATE…ESTAS CALLES SON UN PELIGRO!”.
¿Es que es tan serio semejante escalada de sucesos? ¿Es que no hay como “Garantizar a sus habitantes el derecho a una cultura de paz, a la seguridad integral y a vivir en una sociedad democrática y libre de corrupción”, tal cual dice el numeral 8 del Art. 3 de la Constitución? Al parecer lo que está en vigencia son los hechos comentados en las estadísticas gubernamentales, en las carpetas sobre los casos arrumadas en el suelo de las oficinas de fiscales y jueces, en los registros de “partes” celosamente amañados por la policía, en los reportes de periódicos, revistas y programas radiales y de tv…, cada día más y más amarillos conforme la transgresión social aumenta. Las redes sociales complementan, con sus denuncias, a cada segundo, este maléfico ambiente de miedo, de delincuencia, de impunidad. ¿Y la droga, con sus graves secuelas de la trata de mujeres, del lavado de dinero, del crimen por encargo, del comercio de órganos? Como que ya Ecuador pasó de puente de tráfico del narco a productor de la mercancía…
¿Y este es el clima en que está en juego, con millones de dólares fruto de la contribución ciudadana, las ofertas gubernamentales de planes, programas y proyectos turísticos? Basta con las llamadas de atención que encuentra a cada paso en los parques, en los centros comerciales, en las plazas de estacionamiento, en los hoteles que gritan, y con letras muy grandes, OJO, LOS LADRONES ESTÁN TRAS SUS TALONES Y LOS SICARIOS PRONTO VIENEN POR USTED…¿Qué otra cosa comprender cuando un letrero advierte, “Favor no dejar nada de valor en el interior de sus vehículos. No nos responsabilizamos de sus pérdidas”? Y este otro, en los frentes de las residencias, “Esta casa está protegida por una policía privada de respuesta armada inmediata”. O este otro, en casi todos los almacenes grandes, “A nuestra clientela: favor cuidar sus pertenencias, mientras realiza sus compras”. O cuando sube a un taxi, que tiene un letrerito justo en el ojo de águila frente a su rostro, que le increpa, con buenos modales, “Lo estamos filmando por su bien y para su seguridad”. Así y todo, muy difícil resulta hablar del último robo o último crimen, sabiendo que, en este instante, ladrones y asesinos están haciendo de las suyas, a su manera…
¿No es que, entonces, la atracción turística va más allá de sumar y sumar visitantes extranjeros? Antes que nada se trata de sanidad e higiene en hoteles y restaurantes. Pero, sobre todo, de SEGURIDAD PERSONAL y, como integrante básica, CAPACITACIÓN RESPONSABLE SOBRE DERECHOS HUMANOS Y SOCIALES de la policía encargada de tan delicada gestión, que hasta hoy no muestra la necesaria calidad profesional. No se trata, por lo tanto, de gastar, tontamente, millones de dólares ofreciendo las “bondades del país” al ritmo de una canción…. de los Beatles, cuyo resultado hasta aquí es nulo. O de que Correa traslade el circo del país al extranjero haciendo, como ha declarado, de guía de turismo nacional para el “Royal Tour” en USA…
¿A quién pretende engañar, con el cuento tan viejo del turismo, otra vez este gobierno fascista, tan descalificado moral y políticamente? Mientras la miseria siga siendo la cama y mesa de la mayoría, mientras no exista una producción y productividad que promueva, nacionalmente, una ocupación laboral estable, mientras no se respeten los derechos sociales de la ciudadanía, mientras no se restituya el estado de derecho, el turismo no conlleva ningún significado válido, en beneficio del desarrollo del país…