Terremoto

Un estudio reciente del año 2000 realizado por la United States Geological Survey predijo un 62 por ciento de posibilidad de un gran terremoto en los próximos 30 años, en cualquier momento.

Nadie quiere pensar en la experiencia de un terremoto, pero como vivimos en una zona de peligro, cerca de una falla activa, cada uno debe ser plenamente preparado.

Aunque parece imposible, una planificación básica y pensando en el futuro puede crear un largo camino hacia la protección de usted y su familia durante un terremoto.

Esta instrucción que presenté y fue proporcionada a la “autoridad responsable” le daba información importante sobre las medidas que puede tomar antes, durante y después de un terremoto para proteger a usted ya su familia, su hogar y su vecindario.

Pero siendo en la vida administrativa del país lo más importante “la política” se mandó al tacho de basura y se encontraron los pillos necesarios para una campaña demagógica e inútil.

Los cataclismos más importantes en nuestra actual patria, y lugar vecino, ocurrieron hace 94 años Puerto Nariño, Amazonas, Colombia y hace 74 años en la misma zona de Pedernales, Manabí, Ecuador.

En los medios de comunicación, de España y en Latinoamérica, es corriente la combinación de los términos propios de la medida de magnitud (energía) e intensidad (efectos), e incluso confundir ambos conceptos.

Se puede oír que el terremoto fue de 3,7 grados, empleando el término grado para expresar la magnitud, cuando esa unidad o término es propia de la medida de intensidades en la escala de Mercalli, en la que no existen valores decimales.

Otra manera que también se usa para resolver en falso esta forma de indicar la importancia del terremoto es publicar que el terremoto tuvo una magnitud de 3,7 grados que resulta igualmente confusa, pues viene a ser como decir que el corredor de maratón recorrió una distancia de 2 horas y 15 minutos.

Deberían evitarse estas formas, diciendo que el terremoto tuvo una magnitud de 3,7, o alcanzó los 3,7 en la escala de Richter, aunque esta segunda expresión no es del todo correcta, pues desde hace algún tiempo la magnitud de los terremotos se mide con la escala de magnitud de momento, coincidente con la escala de Richter solamente en los terremotos de magnitud inferior a 7,0.

Lo que se busca destacar es que la única y autentica manera de evitar o disminuir la pérdida, es con: Mejores Códigos y técnicas de construcción, revisadas en situ; en lugar de “permisos de construcción con detalles en papel” que atrasan las obras.

En lo más importante, la protección del ser humano, se conoce que son las primeras horas, legando al máximo de 36, dónde más ayuda se requiere. La única forma de hacerlo es teniendo “Centros de Defensa Civil Comunitaria” estratégicamente ubicados entre 20 cuadras a la redonda o calibradas por población/riesgo en más o menos.

Estos estarían habilitados para protección de intercomunicación ininterrupible (satelital), médicos y enfermeras voluntarias del sector, reservas de agua con equipos de potabilización y finalmente fuentes de energía portátil.

Simultáneamente, capacitación de la población para enfrentarse a las diversas tipologías de eventos naturales y carros especiales simuladores de calamidades.

Los mejores ejemplos son Japón. el Estado de California y la República de Chile.

Sin ser coincidencia que en dichos parajes los administradores son gente profesional y honesta. Una tragedia natural ni se puede predecir con tiempo exacto, ni tampoco evitar. Lo que se puede es preparar la reacción adecuada para cada caso.

Conozco el estudio realizado, el profesionalismo y sensatez; empero, igualmente es pecar de ignorancia creer en que prevalezca la honestidad y deseo de servicio. Si un funcionario lo pretende es una piedra en el zapato y lo aíslan. ¡Viva la picardía, los hermanos de pierna y la corrupción!