Todo ser humano por el hecho de ser humano tiene la capacidad para darse cuenta de lo que le pasa a otra persona cuando sufre, la puede entender, la puede ayudar. Pero no todos estamos capacitados para atender y acompañarlo a salir de su crisis, de su problema. No es cuestión solo de especialistas. La técnica no es suficiente, hace falta mística, pasión, incondicionalidad, disponibilidad, coraje, perseverancia, fuerza, y otras competencias propias de quién ha sabido superar una crisis parecida. Los teóricos no suelen ser de mucha ayuda. Los pragmáticos no son suficientes. Hay que canalizar las fuerzas y saberlas orientar. Hoy en nuestro país hay mucha energía. Se está manifestando el verdadero Ecuador. Por ello, unas reflexiones nos pueden ayudar a orientar nuestro trabajo.
¿QUÉ ES UNA CRISIS? Es un obstáculo a las metas de una persona, de un grupo que no saben cómo reaccionar. ¿COMO MANEJAR UNA CRISIS? Interrumpiendo el comportamiento inadecuado de una situación critica, generando habilidades que devuelvan a la persona a la situación pre-crisis. En la grafía China una crisis es un peligro y una oportunidad.
Lo que hoy vive nuestro país es una crisis por la catástrofe medioambiental, por las muertes que se han producido, por las pérdidas materiales, por la precaria situación en que quedan muchas personas. Pero lo cierto es, que también es una oportunidad que ha manifestado la solidaridad, la esperanza. Pero si no mantenemos esa solidaridad y esa esperanza y ante cierta desorganización que se puede generar por la desesperación y la necesidad podemos crear caos y crisis peores. Es importante manejar la complejidad, pedir ayuda, saber escuchar y acompañar estos procesos sin protagonismo ni miserias egoístas de individualidades partidarias o ideológicas. La desgracia no se teoriza ni se manipula, se acompaña, se extiende una mano, se brinda un abrazo.
Para acompañar en una situación critica se requiere experiencia de vida, habilidades profesionales, equilibrio emocional, creatividad, energía, rapidez mental, paz espiritual, interior y saber contagiar esperanza, saber cambiar las situaciones difíciles o sobrellevarlas.
Para quienes aportamos o queremos aportar trascendencia, algo más allá de la dura realidad debemos tener claro que SÓLO DIOS PUEDE DAR FE, PERO PODEMOS DAR TESTIMONIO, SOLO DIOS PUEDE DAR LA PAZ, pero podemos sembrar la unión. Solo Dios puede dar fortaleza, pero podemos ayudar al desanimado. Solo Dios es el camino, pero podemos indicarlo a los demás. Solo Dios puede salvar, pero podemos colaborar con él…
En esto momentos con sabiduría y audacia debemos dar un voto de confianza y aprovechar toda la energía, potencial y creatividad de nuestros niños y jóvenes. No lo víctimicemos, ni manejemos un pésimo concepto de compasión. No se trata de tener lástima, sino de saber reconocer la realidad de cada cual, de cada grupo. La mejor ayuda que podemos hacer ahora, una vez identificada la situación de cada grupo, niño o joven es seguir educándolos, es la mejor distracción que podemos darles, y hacerles pensar, estudiar por METODOLOGIA de PROYECTOS SOLUCIONES posibles, pero reales para salir de la crisis, de la situación en que viven muchos de nuestros hermanos. Esto es responsabilidad, esto es una forma de amar, sacar adelante lo mejor de nosotros mismo utilizando lo mejor de nosotros, la inteligencia y la voluntad.