22 noviembre, 2024

Nosotros los Guayaquileños

Nosotros los guayaquileños nunca hemos tenido la vida fácil. Nacimos luchando contra el pantano y la selva, contra la manigua y la serpiente, contra el lagarto y el puma, contra el paludismo, la fiebre amarilla, la disentería y las fiebres tercianas. Trabajamos, duro y construimos en estas tierras ásperas la mayor ciudad del Ecuador.

Nosotros los guayaquileños nunca hemos dependido de los ingresos de otros para vivir, más bien nos ha tocado enfrentarnos a los que querían aprovecharse del fruto de nuestro trabajo. Durante la Colonia nos enfrentamos a la burocracia real, tanto en la capital de la Audiencia como en la capital del Virreinato; durante la Gran Colombia a la burocracia bogotana; durante la República a la burocracia centralista, que han querido poner trabas e impuestos a lo que producíamos. Porque siempre hemos producido y siempre hemos comerciado, luchando contra incendios y piratas. Exportamos cacao, luego banano, luego camarón, hoy multitud de productos. Con nuestro trabajo hicimos que una y otra vez el país saliese a flote. Hemos siempre abogado por la libertad de comercio porque creemos que hay que ganarse la vida produciendo, en libre competencia. Creemos que hay que vivir de lo que uno gana, no de lo que ganan otros.

Nosotros los guayaquileños no tenemos vergüenza de ganar dinero. Estamos orgullosos de ellos. El dinero no ha sido el producto de nuestra codicia sino de nuestro trabajo, no ha sido el producto de nuestra corrupción sino de nuestra astucia. El ganar dinero ha sido el justo premio al esfuerzo, al tomar riesgos, al trabajar de sol a sombra. Ha sido símbolo también del justo orgullo de haber generado empleos productivos, de haber desarrollado nuestras tierras, de haber competido a lo largo y ancho del mundo.

Nosotros los guayaquileños siempre hemos contribuido con impuestos a la defensa del territorio y para el sostenimiento del Estado, pero no podemos estar de acuerdo con pagar más impuestos cuando ese Estado se ha convertido en un pulpo ciego, sordo y corrupto, alimentando una burocracia ineficiente y excesiva, de la que no nos beneficiamos porque está amontonada en la ciudad capital, donde se concentra también el manejo de nuestros recursos naturales.

¿Qué queremos? Queremos que los impuestos que pagamos no se derrochen. Queremos que el Estado descentralice sus actividades para que los empleos producto de los impuestos se repartan equitativamente en todo el  país. Queremos que la educación deje de ser el feudo de una burocracia dogmática y pase a ser potestad de las provincias. Queremos que la salud se administre donde están los enfermos. Queremos que el resto de ministerios repartan responsabilidades y presupuestos a las provincias, no queremos delegaciones que hoy están y mañana desaparecen. Queremos que se trasladen entidades públicas a capitales de provincias. ¿Por qué  Petroecuador no puede estar en Esmeraldas o en Sucumbios? ¿Por qué tenemos que centralizar todo el aparato estatal y hacer que las provincias lo paguen, creando en una sola ciudad una prosperidad producto no de la producción sino de la extorsión?

Los guayaquileños no queremos destruir el país, queremos traerlo del sistema colonial, en que todo se decide, todo se centraliza y todo se gasta en la capital, al mundo moderno en que cada uno es dueño de su propio destino y se beneficia  de los impuestos que paga. Queremos cambiar el paso dependiente y centralista que nos ha llevado a la pobreza por un futuro libre. Para ello volveremos a luchar la misma batalla que luchamos contra España, contra el Virreinato de Perú, contra la Gran Colombia, no por la independencia política esta vez, sino para acabar con el centralismo, con el malgasto de nuestros impuestos, con el manejo poco claro de nuestros recursos naturales.

Lucharemos hasta que el Estado se maneje con eficiencia y nuestro trabajo no vaya a pagar sueldos de burócratas enquistados y pase más bien a promover la producción, haciendo posible que los hoy angustiados ecuatorianos de los barrios marginales y los paupérrimos ecuatorianos en las faldas del Chimborazo tengan, por fin la esperanza de una vida digna.

Guayaquil por la Patria.

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1 comentario

  1. JOAQUIN, DICES:

    «Lucharemos hasta que el Estado se maneje con eficiencia y nuestro trabajo no vaya a pagar sueldos de burócratas enquistados y pase más bien a promover la producción, haciendo posible que los hoy angustiados ecuatorianos de los barrios marginales y los paupérrimos ecuatorianos en las faldas del Chimborazo tengan, por fin la esperanza de una vida digna.
    Guayaquil por la Patria.»

    ¿ Y CÓMO ES QUE MISMO VAMOS A LUCHAR? ¿EN QUÉ CONSISTE LA LUCHA?

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