Hace dos semanas los ojos del mundo estuvieron puestos en Europa. La razón: un balón y 22 botines. Fue la ansiada final de la Champions League, en la que dos equipos de la misma ciudad la jugaron a morir. Final de infarto de los equipos madrileños, no apta para cardiacos.
Por un momento España olvidó que sus políticos no han sido capaces de ponerse de acuerdo y formar un gobierno, por lo que en pocos meses irán a segundas elecciones.
Pero los ojos del mundo continúan atentos mirando hacia el viejo continente, pues falta un poco más de dos semanas para que Reino Unido, mediante un referéndum, decida sobre el llamado “Brexit”; es decir, votar por permanecer o no como miembros de la Unión Europea.
Ante su posible salida, diversos sectores de la sociedad británica se han unido, afirmando que a una recesión económica ocasionada por la disminución del consumo ante la incertidumbre de los efectos de este desmantelamiento. Son un gran porcentaje los que apoyan la urgente necesidad de trabajar y permanecer juntos en un mercado común.
Mas, por otro lado están los que se oponen, portando la bandera del “nacionalismo” e indicando que el Reino Unido debe ser independiente para decidir y actuar, y no estar sometido a un régimen manejado por entidades supranacionales que tienen su sede en Bélgica. No es mi costumbre pero esta vez me la juego y me atrevo a hacer un pronóstico: el referéndum aprobará la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea.
La fortaleza de la unidad ayuda a prosperar. Ignorar aquello sería un error de necios, pues el éxito se mide en lo colectivo.
Por ello y regresando a nuestro país, toda unión debe ser aplaudida y apoyada por aquellos que no queremos tomar el rumbo del divisionismo, como lo hizo Venezuela, que hoy vive una de las crisis más grandes de su historia.
La unidad trae progreso y el progreso bienestar, esa debe ser la bandera de lucha de todos los ecuatorianos.
Concuerdo plenamente con su escrito. Las sociedades progresan por la suma de los esfuerzos de quienes las componen. Aislarse o dividir a la sociedad, sólo trae retraso y postración. Mirémonos en el espejo venezolano, cuyo reflejo espero no nos termine contaminando y llevándonos al mismo camino.