El bolero del puerto tiene bailadoras y bailadores. Bolero, Este ritmo de candor y entreverado que se baila a media luz. Los bailadores del puerto lo han hecho en los patios den antiguo Puerto de Guayaquil. Puerto del pasado y del ayer. Lo que fue nuestro orgullo ahora como reliquia de lo que un día reino y ahora murió. La Construcción del nuevo puerto en Posorja, que ya mismo ya mismito está, divide la historia de Guayaquil entre el pasado y el nuevo Guayaquil con sus intereses marcados y reconocidos. Hoy es Guayaquil sin puerto. Si un día me lo decían no lo creía…
El Contrato de Concesión nos boleó a todos. He quedado mudo. Mudo ante la historia, ante el Guayaquil que orgulloso caminaba ante su puerto. Guayaquil deshoja margaritas mientras los que festejan beben margaritas en su punto. Es un festejo largo, va a durar cincuenta años. Todos los que estamos ahora veremos como en donde antes había un puerto con historia, un puerto grande, que ayudo a que está Guayaquil querida y tierra de ellos y nosotros, sea llamada: “la perla del pacífico”, algún día veamos allí bodegas abandonadas, cemento triste en rebeldía de no hacer nada. Lo que un día se llamó “puerto nuevo” será puerto muerto como muerto está la gloria de lo que fue y ya no es.
Mis amigos que se llamaban “La Aurora gloriosa”, ¿dónde están? Pero no pregunto para no encontrarlos buscando sus propias reliquias, son estatuas bañadas por el acero oxidado de los antiguos combatientes de la guerra de Perseo contra Alejando el Magno, cuesta arriba cuesta abajo. Guayaquil te pliego en mi regazo, estoy sólo contándote tu historia de incendios, saqueos, piratas y malos y buenos hijos. Ciudad castigadora, detenida en sombras y en tu grandeza, ciudad marfil de cerros donde habitan las calaveras perdidas en sus interrogaciones.
Guayaquil amada, grito tu tradición de puerto. Sopla el viento y elevan anclas ante las naves quemadas de la historia que ya no da marcha atrás. ¿Dónde los que te aman? Ciudad quemada que te levantas mil veces de tus cenizas. Una montaña de cenizas es ahora nuestro puerto. Rápido corramos tomemos fotos, recuperemos lo que ahí queda para guardarlo y preservar la historia que se deposita en tus esfuerzos y sacrificios. Hoy he ido hasta el puerto con tu bandera ciudad celeste y blanco y he regado tus colores sobre tu suelo sagrado para que no olvides de tu inmortal historia portuaria.
Un día se llevaron la península, otro el puerto, cuidado se llevan el Rio Guayas, después los cerros…Silencio.” Ave María purísima sin pecado concebida”.
Que dice Nebot? Acaso las condiciones bajo las que se firmaron este contrato no son lesibas para el país y especialmente la ciudad? Un saludo.
Tengo todo el presentimiento que este sera otro de los tantos proyectos fracasados, creados con el malevolo afan de destruir a Guayaquil, la ciudad Noble e Hidalga, cuyo unico pecado ha sido haber sido la cuna de este malparido que nos gobierna.
Que pena que Guayaquilenos/nas, se hayan prestado por «unos dolares mas», a remitir al ostracismo, al Gran Guayaquil sin puerto, pero lo tenemos merecido por cobardes y desamorados, con la tierra que nos vio nacer y crecer, a la que amamos entranablemente, y sin embrago, los fenicios de este mismo puerto libre y rebelde del Pacifico, la quieran desruir, ni siquiera por un plato de menestra, miserables.
Bien merecido lo tenemos, por temerosos Flojos y cobardes, cuando deberiamos estar en las calles y plazas de mi amada Ciudad, la unica de una Bandera con Historia,la del 9 de Octubre de 1820, entregando nuestras vidas en las calles, en aras de la ansiada Libertad,combatiendo a los Fariseos e ingratos, deseosos de destruir a la ciudad y la provincia.
Viva Guayaquil Carajo
Saludos: Tal parece que los tèrminos del contrato no afectaràn el tràfico marìtimo hacia y desde Gye…..sòlo que sì hay un pequeño gran detalle que creo, para mal de Guayaquil, sucederà posteriormente; el siguiente paso de este gobierno,odiador de todo lo que incumbe a Guayaquil, tratarà y, creo lograrà, convertir a Posorja en cantòn o lo que sea con tal de desligarla geopolìticamente de Guayaquil, para satisfacciòn de los que odian to lo que es Guayaquil; ojalà no suceda pero no soy optimista en este respecto.