Aún recuerdo como si fuera ayer los cantos de sirena de la mal llamada Revolución Ciudadana, manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes, que poco a poco tuvieron que irse mimetizando con el verdadero entorno actual en el cual la “década ganada” de quienes fungen como gobernantes, nos tienen sumidos desde hace, casualmente, casi una década.
Nuestras libertades y derechos cada vez son más conculcados, nuestra idea de ver un Ecuador desarrollado solo se cumple en ciudades donde sus representantes y civiles combatimos en cualquier ámbito con la ley en la mano y con una voz de protesta, todos los arbitrios que se convirtieron en costumbre a lo largo y ancho del país.
Los ecuatorianos en general, ya no tenemos derecho pleno a protestar, a opinar, a recibir herencias, a vender bienes a un justo precio, a estudiar lo que me agrada, a emprender negocios con garantías legales o económicas y así por el estilo una infinidad de desafueros, que cada vez desalientan más a los que aún creemos que nuestro país, es un territorio digno para vivir con nuestros hijos.
Este gobierno si ha ganado desde su constitución, poder absoluto en todo el Estado, ingentes cantidades de dinero por el alto precio del petróleo hasta hace un par de años, mantener control total de los organismos de control, tener un pueblo sumido en la cobardía del enfrentamiento social irracional, apoderarse de casi todos los medios de comunicación, y me olvidaba, “carreteras y más carreteras”.
Sin embargo de lo anterior, a otro grupo de compatriotas nos hizo rebeldes, nos hizo reaccionarios ante las tiranías y nos a hecho personas que buscan libertad y progreso para todos a cualquier costo, quizás eso sea lo único que podré decirles como corolario a mis hijos cuando me preguntes que de bueno tuvo esta década de socialismo del siglo XXI.
Poder decir sin temor a equivocarme, que nos hizo guerreros del cambio, defensores de nuestras libertades y unas persona libres y de buenas costumbres, que su única misión terrenal es de tratar de proveer lo que a cada uno le corresponde, sin distingo de razas, credos, condición social u orientación política, ciudadanos del presente preparados para combatir por un mejor futuro, ciudadanos que perdieron un década por pésimas administraciones gubernamentales, pero que nos rehusamos a perder una generación completa.
Juzgue usted, querido lector, si como lo dijo el señor Presidente, Hemos ganado una década, o estamos a punto de perder una generación?
Comparto amigo, esta década nos ha hecho más fuerte y más seguros de la importancia de un Ecuador Libre, Grande y Unido.
Definitivamente, estamos ante una generacion perdida. Hemos perdido todo, menos la esperanza.Esto es lo unico que esta «revolucion» hasta ahora no nos ha arrebatado.