Guayaquil ha salido adelante contra todo pronóstico pese a los avatares que ha enfrentado en la llamada década ganada. El menosprecio no ha hecho mella en la comunidad como tampoco en el dinamismo que la caracteriza.
Las fiestas Julianas se las confronta con espíritu emprendedor a pesar de que sus detractores comenten que ha perdido el primer lugar como ciudad en actividad comercial y generación de recursos.
Los 481 años de vida han servido para que hombres y mujeres de distintas zonas se afinquen en busca de un mejor futuro, para junto con los que nacieron en esta tierra, formen esa diversidad que le ha hecho ganar el espacio que tiene en historia.
Guayaquil no es solo ciudad-puerto, es el motor que impulsa el comercio, la industria, la banca, etc. Es su gente, ese conglomerado humano diverso, donde se mesclan culturas, música y costumbres, pero que mantiene su identidad.
Dura ha sido la lucha por la libertad. Se la ha querido doblegar con el ataque a sus instituciones fundadas por personas nobles y desinteresadas que son parte de ese voluntariado que solo lo tiene Guayaquil.
El guayaquileño no fue, ni será pelucón, peor aniñado como se lo dila, son hombres que con su aporte económico hicieron y siguen haciendo su desarrollo.
El Centralismo se ha manifestado más estos últimos años. Se tiene que apoyar la Municipio y sus autoridades. Los cambios y la regeneración son un motivo de orgullo que se debe defender.
Antes se decía Guayaquil por la Patria. Hoy debemos pensar que debe ser Guayaquil por Guayaquil.
Los guayaquileños no somos pelucones, ni aniñados. ni BORREGOS DE NADIE, por desgracia hay algunos por ahí que están en la Asamblea y votaron por el cercenamiento de la Provincia del Guayas, porque será, solo Dios sabe. Gracias al resto de los guayaquileños que si somos pujantes y luchadores, verdaderos madera de guerrero, resistentes a los malos gobiernos que solo se dedican a atacar a nuestra ciudad, es que esta ciudad se ha sostenido, y porque no decirlo también gracias a su Alcalde, que por lo menos ha demostrado ser un guayaquileño de verdad, y no se ahueva. Ojalá que se elija bien a quién nos gobierne, y solo 4 años y no pretendan eternizarse, y si hacen bien las cosas otros 4 años más , y a su casa, para que funcione la democracia, y no la dictadura fascista con el remoquete de socialismo siglo XXI, sistema obsoleto y fracasado.