Los pájaros contra las escopetas

A.V.C. (los pájaros), pretenden enjuiciar a las FF.AA. (las escopetas), por delitos de lesa humanidad, a quienes impidieron que un grupo ilegal que sembró el terrorismo en las Provincias del Sur del Ecuador, entrenados por Senderos Luminosos en el Perú y por el M-19 en Colombia, se apoderen del país.

Este grupo armado irregular pretendió, mediante el robo a domicilios, de dinero, de armas y violaciones, establecer el terror ciudadano, so pretexto de reinvindicaciones sociales, que gracias a la reacción patriótica del Gobierno del Ing. León Febres Cordero y del Comandante enl Jefe de las FF.AA., Gral. Asanza, fue desarticulado. finalmente, la paz volvio a los hogares ecuatorianos.

Este grupo armado irregular, ya había establecido un campo de entrenamiento militar en la Cordillera Chongón Colonche, a la altura de Progreso, unos kilómetros tierra adentro, atacando el destacamento que existía en esa parroquia del Cantón Playas.

Durante el Gobierno del Dr. Borja, este grupo armado, “entregó las armas”, en un acto “solemne”, en “la Plaza Grande”, en la ciudad de Quito.

Algunos secuestros y actos de extrema maldad, fueron ejecutados en esa época en las ciudades de Quito y Cuenca; bien pudieron tener vinculación con la muerte de esos industriales y el secuestro de hombres acaudalados.

Se pretendía imponer un sistema de seguridad pagada a personas y empresas, que contribuirían con una mensualidad diferenciada, por su tranquilidad, tal cual como lo impuso en Colombia el M-19 en las décadas finales del Siglo pasado y al puro estilo de Alcapone, en los años treinta en la ciudad de Chicago.
Algunos miembros de A.V.C. fueron enjuiciados. Uno de sus cabecillas guardo prisión en la cárcel de Machala, donde falleció por rencillas con otros “internos” de este Centro de detención.

Vueltos a la vida civil, pretendieron formar un partido político, que no logro su existencia legal y se convirtieron en fuerza de choque -grupo de alquiler-, en épocas de campañas políticas.

Junto a los “ATALAS”, sembraron el terror en la Universidad de Guayaquil, que con metralla en mano, obligaban a renunciar a los maestros universitarios que a su juicio, constituían un “detente” para quienes querían obtener un título universitario fácil, para lo cual, empezaron por eliminar todos los controles asistenciales internos y los exámenes parciales, para graduarse rápidamente, perdiendo este centro de estudios superiores, la fama de ser el primer centro de estudios universitarios del Ecuador.

Una “Comisión de la Verdad” integrada por políticos y miembros afines al actual gobierno, estableció responsabilidades en casos, políticos unos y delictivos otros, cuyas dudas de la autoría de estos hechos, resulta un enigma, o insuficiente las supuestas causas que lo originaron, en cuanto a sus autores intelectuales, como fueron el caso Roldos, el caso de los Hermanos Restrepo y otros que los investigadores policiales y la justicia ordinaria no ha logrado determinar.

Los A.V.C., sin haber pagado sus culpas y actuaciones ilegales, pretenden hoy, enjuiciar, a quienes, ayer evitaron que con sus desmanes y la fuerza de las armas ilegalmente utilizadas, lograran el control y el poder político del Ecuador.

Vivimos tiempos de Ripley, en el escenario político-jurídico ecuatoriano.

Solo quiero recordar que quienes enfrentaron a los Miembros de A.V.C. no lo hicieron por el deseo de matar ni, actuaron como simples mortales en el uso de las armas; lo hicieron en nombre de las FF.AA., del Ecuador a las que se pertenecen y al pretender enjuiciárselos por supuestos delitos,en el fondo, lo que se pretende es, enjuiciar judicialmente a las propias Fuerzas Armadas del Ecuador.

Los Jueces y Fiscales, tienen la palabra.