Implosión

Los Medios recogen la notica de las implosiones que se están dando en algunos edificios de las dos principales ciudades manabitas: Portoviejo y Manta, como secuela de los daños en sus estructuras por el terremoto del 16 abril pasado.

Los recuerdos de estas edificaciones afectaron a muchas familias vecinas y a profesionales que desarrollaron sus actividades en estos inmuebles. Algunos con lágrimas contemplaban como las grandes moles de cemento se venía al piso tras una inmensa nube de polvo en tan solo dos segundos.

El terremoto que remeció nuestro país con una duración de 2 minutos se tradujo en una eternidad. Afectó en mayor grado a las provincias de Manabí y Esmeraldas y a poblaciones más cercanas al epicentro que se localizó en el mar.

Si hacemos un símil de los acontecimientos entre el sismo y los 10 años del gobierno de la revolución ciudadana y el Socialismo del Siglo XXI, veremos que el desastre económico, social, de salud, etc., son parecidos; ambos devastadores estableciendo ciertas proporciones.

El sismo dejó muchas personas fallecidas y desaparecidas. Se perdieron viviendas y negocios. La situación laboral debido a la falta de fuentes de trabajo, es muy seria. La capacidad de respuesta frente al desastre, nula; sólo el aporte privado fue inmediato. La informalidad aumenta y las personas migran a otras provincias aumentando la problemática.

Los fondos y ayuda a los damnificados del terremoto presenta dudas en su utilización. La pobreza es palpable y la insalubridad se hizo evidente anta la falta de insumos de todo tipo en las zonas afectadas. Medicamentos donados han desaparecido y otros caducados o a punto de expirar.

A la revolución le tomó 10 años el aniquilar la economía de los ecuatorianos, creó división social, afectó el régimen de salud, etc. Se vivió de un espejismo producto del despilfarro y la construcción de obras, algunas que no sirven para nada. Un modelo fracasado que se rehusan a modificar y que dicen que está en franca recuperación.

La pérdida de plazas de trabajo es cada día mayor debido a la reducción de las ventas y a medidas impositivas que graban los costos de producción. Negocios que han quebrado o están en vías de quebrar. La informalidad se patentiza en las calles, mientras la mendicidad crece geométricamente. Hay lágrimas en los ojos de muchas gentes.

Familias en riesgo de perder sus viviendas por no poder pagar, aumentando la morosidad del sistema. El IESS con la atención de salud, jubilación, colapsada y los fondos de los afiliados a punto de desaparecer. Escases de médicos y medicamentos a pesar de la cacareada subasta inversa. Personas humilladas haciendo colas para recibir una atención en los hospitales.

La droga, su tráfico y consumo sentó bases en el país. Las leyes aprobadas por asambleístas con poca capacidad de conocimiento y con historiales vergonzosos, y el fomento por parte de los gobernantes de ese falso nacionalismo, trajo el descontrol en las rutas hacia otros países y la venta y el uso de droga en la juventud ecuatoriana. El daño es irremediable. Están mentalizando el uso de la marihuana.

La implosión se está dando en el Ecuador. Mientras se derriban edificios porque sus estructuras están afectadas, por otro lado, se desploma la economía por una política errada y con ello se arrastra a un pueblo a la pobreza y desesperación.

La implosión es una estrategia que están aplicando para gobernar al país.