Comienzo este artículo con una frase que sería propia de García Márquez: “Mi general no tiene quien lo escuche”, pues no le dieron permiso para ir a la Asamblea a hacer uso de su derecho a la libertad de expresión. ¡Qué lástima!
No obstante esto, mi general, aprovechó el Primer Grito de Independencia para pegarse el suyo propio y con micrófono en mano dirigirse públicamente a la presidenta de la Asamblea, para solicitarle que el proyecto de reformas al Issfa e Isspol, que tanto afecta a sus derechos sea “revisado, consensuado y manejado técnicamente, manteniendo el principio de irretroactividad” y que “de no cumplir con esos principios”, el proyecto “sea archivado”.
¡Mi general lo dijo todo! Los que lo escuchaban se pusieron de pie y lo aplaudieron hasta la saciedad.
No se trata de “eliminar inequidades y discriminaciones”, se trata de quebrantar y hacer tabla rasa de la seguridad jurídica. Cuando un ciudadano entra a la carrera militar sabe cuáles son las reglas con las que va a operar, sabe el tiempo que le falta para jubilarse, el monto que va a aportar, entre otros. El que entró esperando jubilarse luego de 20 años de servicio no puede a las puertas de pedir su baja, enterarse de que ahora le faltan 5 años más; una cosa es saber que se me calculará mi pensión basándose en mi último sueldo y otra muy distinta que lo harán a base de un promedio de los 60 mejores sueldos. Si los militares reciben pensiones y cesantías mayores a las de un civil no es porque la ley es “inequitativa”, sino porque ellos durante toda su carrera aportan el 23 % de su sueldo frente al 9,45 % que aporta un civil.
Las reformas deben hacerse con coherencia y sensatez. Si quieren hacer cambios, que estos rijan para aquellos que recién ingresan a las Fuerzas Armadas, para que de entrada conozcan las reglas del juego con las que van a operar y sepan a qué atenerse.
Veremos qué le pasa a mi general, que encima de que no tiene quién lo escuche, ni reciba, ahora quizás reciba alguna sanción por el único hecho de expresar su posición frente a una decisión que él y muchos consideran injusta.
Gracias Sra Acosta por sus palabras de apoyo al general,por que al hacerlo, lo hace ya no sólo a él y a las fuerzas de las que él es parte importante, si no también de y a todos los ecuatorianos que se oponen a esta dictadura,gracias .