La carta del presidente

“Se han quebrantado todas las  máximas del Estado para hacer subir hasta el paroxismo vuestra autoridad…Se ha hecho vuestro nombre odioso a toda la nación…”. Francois Fenelón al rey Luis XIV. 

«Mi deber es hablar, no quiero ser cómplice…”. J´ accuse, de Emile Zola

Escribir una carta es un texto que, cuando tiene destinatario externo al emisor, cumple con la misión de posibilitar la funcionalidad de un diálogo. O sea, lograr, en coherencia, un puente hacia un conversatorio de doble vía, entre remitente y receptor. El estilo epistolario ha sido usado, con mucha variedad de gestiones, en acciones políticas, sociales, económicas, románticas, científicas, filosóficas, religiosas, artísticas… Sus contenidos, incluso, han servido de fuente viva de interesantes y versátiles documentales y biografías.

¿Cómo no recordar la defensa de Alfred Dreyfus, escrita en carta abierta por el escritor Emile Zola,  al presidente de Francia, Félix Fauré enrostrando al gobierno, y publicada en el diario parisino La Aurora, en enero de 1898? ¿Y la carta de emociones encontradas de Kafka a su padre? ¿Y las cartas amorosas, de sentimientos y fe,  entre  Abelardo y Eloísa? ¿Y las  de corrección moral de Saulo de Tarso a los primeros cristianos?¿Y las cartas diplomáticas de Amarna, fuente viva de la diplomacia internacional del Egipto faraónico de Tutankatón?  

Pero, también hay cartas tramposas… Algo de esto tienen las  Cartas de Relación de Cortés a Carlos V.  O las enviadas a la prensa internacional por el dictador Trujillo, defendiendo sus crímenes en la República Dominicana. O las típicas de falsa misericordia de los seudos suicidas…  Por supuesto, en vez de diálogo buscan, con anzuelos embarrados de vaciedad humana, pescar en su inocencia al remitente poco avisado. ¿Para qué una  carta electrónica, desde el ejecutivo, dirigida, con cierta restricción, a  oficiales activos de la marina nacional? ¿Qué objetivo tenía? ¿No es que en calidad de mandatario éste podía reunirse con la oficialidad, y en diálogo abierto, explicar sus puntos de vista sobre el tema que quisiese, y recibir aceptaciones y rechazos a sus enunciados? ¿No es esta la mejor manera de saber, de viva voz, quiénes integran el auditorio y el porqué de la acogida o no al pensamiento presidencial? ¿ES O NO LA CONTRASTACIÓN DE LAS IDEAS, A TRAVÉS DEL CARA A CARA COMUNICACIONAL, EL INSTRUMENTO POR EXCELENCIA, DE ENCONTRAR LA VERDAD EN LA REALIDAD VIGENTE DE LAS COSAS?

Cuando Ortega se refiere, en su contestación, al caso Samanes con su desacuerdo  de los 41 millones  para descuento al ISSFA, da su posición sobre las reformas  al seguro militar y pide al presidente  terminar con la corrupción, no comete, ni en un ápice, falta de respeto. Ha recibido un correo en que es tomado en cuenta y cree que vale la pena dar su opinión al mandatario… Y ESO ES TODO. Para Correa, sin embargo, el recibir una contestación contraria a sus decisiones, ya es una falta grave  a su majestad como primera autoridad. ¿Está herida la autoestima del presidente? En sus furias cotidianas gritaba  Alejandro VI Farnesio • Quien no está conmigo, está contra mí…• Antes de él, decía Tiberio  •Que me odien, con tal que me teman•

Al no obtener respuesta positiva del Consejo de Disciplina de la Armada, de su petición de castigo para Ortega, ahora  enrumba sus amenazas contra sus integrantes. “No voy a permitir que este tema quede impune” ha dicho en su última sabatina…  Pero, además cegado en su arbitrariedad, reclama e impulsa al pueblo, fuera de toda realidad, “Están negando la Constitución, están negando los fundamentos de la República… Vamos pueblo ecuatoriano, todos juntos a rechazar esta antipatria, todos juntos, no lo vamos a permitir… Aquí está en juego nuestra democracia, hago un llamado a la oposición sensata, seria, patriótica para más allá de nuestras diferencias defender los fundamentos de la misma República”. ¿Hay alguien, equilibrado, con elevado criterio de responsabilidad nacional, ajeno al arrebato de pueblo contra pueblo, capaz de aceptar este griterío al margen de todo tono patriótico?

Para el General en retiro Ernesto González V., al sentirse agraviado en su posición militar y en su calidad de ciudadano ecuatoriano, en su carta abierta  al presidente Correa, publicada recién en Facebook, dice, entre otras aclaraciones, literalmente: ““La presente tiene por objeto recordarle a usted, señor Presidente, las contradicciones que como máxima autoridad ha tenido en la conducción de las Fuerzas Armadas durante su largo mandato. Esta conducción errática ha afectado su institucionalidad pero, lo más grave, ha afectado las condiciones de seguridad y defensa de nuestro país, demostrando su bajo nivel de estadista… Creo que se habrá podido dar cuenta de que no ha podido reclutar a las Fuerzas Armadas para su proyecto político, por lo que le solicito: no emprenda otras acciones como las nombradas que solo hacen daño al país…”.

¿Es que, por causa de una desesperada política gubernamental fallida, las cosas están ya caminando fuera de control,  y exasperándose los ánimos inútilmente? Que solo los culpables paguen las consecuencias… La factura política del engaño y la mentira no debe, bajo ningún pretexto, ser cancelada por el pueblo, que en vez de castigado debe ser protegido! ¿Qué dice el numeral 8 del Art. 3 de la Constitución nacional? Es deber primordial del Estado ·garantizar a sus habitantes el derecho a una cultura de paz, a la seguridad integral y a vivir en una sociedad democrática y libre de corrupción”. CORDURA ES LA PALABRA QUE DEBERÍA ESTAR, PERMANENTEMENTE, ABANDERADA POR EL GOBIERNO… PERO SOLO SABE DE VIOLENCIA!