Todo poder cae a impulsos del mal que ha hecho. Cada falta que ha cometido se convierte, tarde o temprano, en un ariete que contribuye a derribarlo. Concepción Arenal
¿Qué, en verdad, está sucediendo aquí en ecuador? Ya no se trata, al parecer, de las confrontaciones por la crisis socioeconómica del país, y de los manotazos de ahogado del oficialismo frente a una oposición, que ya perdió el miedo a las amenazas de las sabatinas del ejecutivo. También para el ejecutivo las sabatinas, al parecer, ya no cumplen con su objetivo de descalificar. De burla y de desprecio. Con solo contenidos insuflados de cinismo. El no estar de acuerdo con su concepción jurásica de un neo fascismo populista, ya no obliga a nadie a hincar rodilla ante el poder. Neo fascismo populista sin prestigio y sin mañana… ¿Cómo mirarse, entonces, al espejo de Blanca Nieves, sin querer romperlo, cuando éste te declara fuera de su magia y has pasado a ser…Nadie? La soledad, no hay que olvidar, solo al inteligente promueve en creatividad.
¿Qué objeto tiene esto, de alborotar el apocalipsis por un sunami, cuando todo no va más allá de un movimiento del agua en una lavacara? ¿Por qué dirigir, en calidad de primer mandatario, una carta a oficiales de la Armada y luego culparle de irrespetuoso al capitán Ortega, porque le contesta? ¿Y no sería también una falta de respeto, falta de sensibilidad cívica, si nadie le hubiera respondido? Pero el asunto reside en que el envío de la carta fue, antes que una cordial apertura de relaciones oficiales, la gota que derramó el agua del vaso lleno de tanta arbitrariedad gubernamental… Por eso las palabras de Ortega que inculpan a Correa, con una claridad de elevado civismo. “En mí no ha influido nadie – expresa-, la única influencia que he tenido son estos diez años de su Mandato que se resumen en un atentado flagrante a nuestros principios y valores militares… Pare de mentirnos, que el país necesita la verdad y que se sancione tanta impunidad y corrupción….. dedíquele fuerzas a eso no a meterse con instituciones serias y honestas de siglos de tradición”.
Para el gobierno semejante decir es “gravísimo”. Pero, es más grave aun que la petición de Correa de castigar, en juicio militar a Ortega, no se haya escuchado. ¿Deben, entonces, ahora, ser castigados los integrantes del Consejo de Disciplina de la Armada? ¿Es que el país, en ausencia de una administración seria de la cosa pública, en ausencia de una justicia equilibrada y coherente, en ausencia de una práctica diaria de las libertades públicas, tiene que entrar ahora en el camino de los cuentos y chismes callejeros? ¿Pues de qué otra forma entender que el presidente diga, por un lado, que él ni siquiera ha leído la respuesta de Ortega y, sin embargo haga público el entredicho y exija castigo contra su autor? En su desesperación, grita al no estar seguro en su autoridad, porque no le hacen caso, “Están negando la Constitución, están negando los fundamentos de la República…”, ¿No es semejante arrebato algo ajeno a todo mandatario sensato? ¿Es que, quizás, alguien, en tono satírico, le ha informado de que él, como presidente, es en sí la Constitución, los fundamentos de la república?
No se explica, igualmente, sino dentro de esta cochambre gubernamental que, al margen de todo sentido común, de toda coherencia racional, Alexis Mera, secretario jurídico de la presidencia, pretenda que Correa sea reconocido como “máxima autoridad militar, y que los insultos hacia él deben ser susceptibles de castigo”. ¿El rango militar solo para tener la capacidad de castigar a sus subalternos…? Increíble… Típica moral fascista! Semejante designación, y Mera lo sabe, no existe en ninguna normativa militar ni en la Constitución nacional. Ni siquiera puede ostentar el cargo de Comandante en Jefe de las FF. AA. ¿Qué dignidad entregarle? ¿Generalísimo? ¿Mariscal? ¿Supra almirante? Pero, si ni es soldado raso… ¿Habrá hecho, aunque sea, la instrucción premilitar en el colegio? Por favor…LOS ECUATORIANOS MERECEMOS RESPETO!
Su mejor y más valiente artículo,de claridad meridiana.Gracias.