2da. Parte
Formada por mujeres cuya labor incansable por la cultura, desde su formación en 1966 dirigida por extraordinarias presidentas, hasta hoy con Beatriz Domenech, actual Presidenta, de grandes logros y esfuerzos.
50 años tangibles en el desarrollo cultural de Guayaquil.
Me permito publicar desde esta Mi trinchera, fragmentos de algo que escribiera en 1988 año de la inauguración del teatro Centro de Arte “León Febres Cordero”
UN TEATRO, UNA MUJER, UN NOMBRE, UNA HISTORIA
20 de enero de 1988
… La noche de la inauguración del Teatro y Centro de Arte, todo el grupo de mujeres de Sociedad Femenina de Cultura, estábamos en la HORA CERO, había llanto por dentro, gritos contenidos, alegrías acalladas (“¡el protocolo!, ¡el protocolo!”, atadura cruel de emociones), reflejados en sus rostros tensos; nadie podrá comprender lo que significaba para nosotras ese instante.
Y cuando se abrió el telón, momento sublime, tenía que ser así, con algo nuestro auténticamente ecuatoriano: las Orquestas sinfónicas de Quito y Guayaquil, en comunión musical y nuestra diva laureada Beatriz Parra, tenían más que derecho ganado para presentarse en el escenario de estreno. Algo estallaba en los presentes: en el Presidente de la República, su esposa y sus hijos; los Ministros de Estado, asesores de la construcción, obreros, ingenieros nacionales y extranjeros, esposos, hijos, amigos… ¡Ah! Si cada periodista hubiera tomado esas pulsaciones podría haber escrito una apoteosis, pero quien no haya vivido alma adentro esos momentos, jamás podría descifrarlos.
No sé qué hicieron cada una de las mujeres en algún momento a solas, solo sé que la ballerina Presidenta bailó una vez sola a telón cerrado en el escenario; con ello bendijo las miles de zapatillas que bailarán en los años venideros. Quien esto escribe, besó los pilares de mármol sintiendo su fortaleza dignos de un templo de la cultura y luego en profundo silencio entró a la sala a participar del ritual artístico del inicio de la temporada inaugural…
Y ahora, lo del nombre del Teatro Centro de Arte –León Febres Cordero-, en homenaje al actual Presidente de la República, que en principio rehusó aceptarlo. Mas, ¿Qué menos se puede hacer por un hombre que como Presidente se entregó a cumplir esta obra, otorgando su Gobierno el 80 % del valor, el otro 20% obtenido de la empresa privada por decreto de la Junta Militar de 1977, más algunos millones dados por el Gobierno del Dr. Oswaldo Hurtado, (testimonio que ha quedado grabado en mármol a la entrada del teatro), con el cual Sociedad Femenina de Cultura cumplió su anhelo, UN TEATRO PARA GUAYAQUIL.
De ahí el nombre grabado en el frontis del teatro, porque creemos es el mejor monumento de reconocimiento a un Presidente que a más de su protagónica acción en esta obra, se preocupó de la Cultura en Guayaquil (Remodelación de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, del Teatro Centro Cívico, Museo antropológico del Banco Central, del Fondo de Cultura, Ley del Libro y otros planes desarrollados en esta Área). No hay duda que los hombres de cultura con alta calidad humanística sabrán justipreciar, sin egoísmo alguno, la razón por la que Sociedad Femenina de Cultura escogió el nombre y en cuanto a honores y homenajes, no hay que esperar que mueran los hombres para hacérselos…
Ahora, tócanos a todos los que creemos en la Cultura como derecho de los pueblos, unir las manos para fortalecer el deber de salvaguardar la acción de estas mujeres “TITANES DE LA CULTURA”, como los calificó la quiteña Marta Pérez, pero que no somos sino ciudadanas ecuatorianas, cumpliendo un compromiso patrio digno de ejemplo para el presente y las generaciones futuras.