21 noviembre, 2024

La adicción de los jóvenes a internet está relacionada con problemas serios de salud mental

Liam Davenport
23 de septiembre de 2016

VIENA. Los resultados de un estudio realizado en Canadá indican que el uso excesivo de internet, sobre todo el uso excesivo de transmisión de vídeos, redes sociales y mensajes, puede estar asociado a problemas de salud mental graves en los jóvenes.

La prevalencia de síntomas de depresión y ansiedad y de deterioro de la función ejecutiva fue significativamente más alta en estudiantes que cumplían los criterios diagnósticos de adicción a internet, señalaron los investigadores en el 29 Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP).

El autor principal del estudio, Dr. Michael Van Ameringen, del Department of Psychiatry and Behavioral Neurosciences de la McMaster University de Hamilton (Canadá), afirmó que «esto plantea dos preguntas: la primera, ¿estamos subestimando la prevalencia de la adicción a internet? y la segunda ¿estos problemas de salud mental son la causa o la consecuencia de esta dependencia excesiva en internet?

Añadió «esto puede tener implicaciones médicas prácticas. Si se trata a una persona por una adicción cuando en realidad tiene ansiedad o depresión, es posible que se adopten medidas inadecuadas. Tenemos que conocer mejor este problema por lo que es necesaria una muestra más amplia extraída de una población más variada».

¿Causa o efecto?
Para analizar la problemática del abuso de internet el equipo entregó a estudiantes universitarios de la McMaster University un conjunto de cuestionarios sobre uso de internet, impulsividad, síntomas de depresión y ansiedad, y función ejecutiva.

Una de las escales utilizadas fue la Dimensions Of Problematic Internet Use (DPIU), una escala basada en los criterios de adicción DSM-5 que analiza nueve dimensiones del uso de internet: entretenimiento y transmisión de vídeos, redes sociales, juegos, mensajes, aplicaciones de citas, apuestas, contenido sexual, compra por internet y búsqueda de información.

Doscientos cincuenta y cuatro estudiantes completaron la valoración (media de edad, 18,5 años), un 74,5% mujeres. Un 12,5% de los participantes cumplían los criterios de adicción a internet según las puntuaciones de la Internet Addiction Tool (IAT) y 42% cumplían los criterios de adicción con la DPIU.

Las dimensiones de uso de internet más difíciles de controlar fueron la transmisión de vídeos (55,8% de los participantes), las redes sociales (47,9%) y los mensajes instantáneos (28,5%).

Las personas que presentaban adicción a internet según la IAT dedicaban significativamente más tiempo de ocio a internet que las que no eran adictas (p < 0,001). Se observó algo parecido en las que presentaban adicción a internet según la DPIU, aunque la diferencia no fue tan amplia (p < 0,05).

Las personas adictas según la IAT y la DPIU tenían un grado significativamente más alto de deterioro funcional, síntomas de depresión y ansiedad, deterioro de la función ejecutiva y problemas de atención que las que no eran adictas. También tenían una probabilidad significativamente más alta de presentar síntomas de trastorno de déficit de atención/hiperactividad (TDAH) (p < 0,001 en todos los casos).

Los investigadores observaron también que los participantes adictos a internet tenían más probabilidad de presentar dificultades para controlar el uso de los mensajes instantáneos que los no adictos (p: 0,01). No hubo otras diferencias significativas.

Los resultados obtenidos no permiten determinar si el uso problemático de internet se asocia a psicopatologías prexistentes o si está causando un conjunto nuevo de problemas de salud mental.

El Dr. Van Ameringen declaró a Medscape Medical News «no lo sabemos porque es una cuestión transversal. Podría ser así en personas depresivas o ansiosas, es una manera de afrontarlo. Dedican todo este tiempo a internet y no pueden evitarlo».

Añadió «podrían ser personas que tienen un control muy deficiente. Algunos síntomas de TDAH y algunos síntomas impulsivos que tienen algunas personas con TADH así lo indican. Se distraen con facilidad e internet es un estímulo constante».

Tampoco está claro si existe algo inherentemente problemático en la tentación de responder de inmediato los mensajes, una característica fundamental de las redes sociales modernas.

El Dr. Van Ameringen puntualizó que este fenómeno puede ser «problemático solo para algunas personas. No estoy seguro de que se compruebe el teléfono móvil cada 4 segundos, ni cada vez que suena. Si tu teléfono sonara ahora mismo, tú no interrumpirías esta entrevista por dicho motivo.

Cuando los jóvenes están atendiendo al profesor y suena su teléfono, lo miran. No tienen ningún tipo de control. Tienen que ver el mensaje que está en su teléfono».

Problema poco estudiado
El Dr. Jan Buitelaar del Hospital Nijmegen de la Universidad de Radboud (Holanda), miembro del ECNP Child and Adolescent Disorders Treatment Scientific Advisory Panel explicó que el uso excesivo de internet «es un problema poco estudiado».

Comentó que esto «puede ocultar psicopatología leve o grave» y añadió que «el uso excesivo de internet puede tener una relación significativa con conducta compulsiva y adicción». También explicó que «es necesario realizar otros estudios en poblaciones más amplias».

Aunque el concepto de la adicción a internet es controvertido, la IAT, que es el método de valoración de referencia, se elaboró en 1998, antes de la generalización de los teléfonos móviles inteligentes y de las conexiones a internet de banda ancha.

Por su parte, el Dr. Van Ameringen afirmó «creemos que es posible que el cuestionario IAT no haya detectado el uso problemático moderno de internet o que haya detectado falsos positivos en personas que utilizan bien internet sin una dependencia excesiva».

Este estudio no ha recibido financiación externa. Los autores y el Dr. Van Ameringen han declarado que no tienen conflicto de intereses.

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