Desde los lejanos días de Zoroastro clamando por el predominio del principio del bien sobre el principio del mal, la humanidad ha emprendido una larga y tesonera lucha por el imperio de la paz y confraternidad entre los hombres.
A ese centauro, glorificado por espíritus miopes, se han enfrentado los hacedores de la paz, que desde San Francisco de Asís hasta Juan XXIII, han dado el ejemplo de sus vidas y acciones.
Más, la misma magnitud de la tragedia, la muerte de millones de seres humanos y la inaudita crueldad desatada en el genocidio, hizo recapacitar a los hombres para formar la Organización de las Naciones Unidas, cuya finalidad principal era la preservación de la paz.
Por otro lado, la ONU debe de realizar a través de su nuevo Secretario General urgentemente reformas para cumplir su principal finalidad que es preservar la paz y no quedarse solo en lirismos, pues la paz desaparecerá en medio de los hombres. Por lo tanto es prioritario reformar el Consejo de Seguridad con los países que tienen el poder del veto y que se utiliza para defender sus intereses, lo que hace imposible resolver los tremendos problemas que se presenten convirtiendo a la paz en una quimera cada día más pálida y más débil; al contrario, si esta Organización, reforma su Consejo de Seguridad y adquiere una poderosa voz que le permita convertirse en rectora del pensamiento, en eco sonoro de la conciencia social, impedirá la germinación de hechos violentos y propiciará el clima de paz en el que se respeten los derechos humanos.
Con la globalización, la existencia de la ONU es más necesaria, países pequeños como el nuestro, cuyo presupuesto anual en ocasiones es inferior al de las más poderosas compañías transnacionales, necesitan de la existencia de esta organización y del cumplimiento de sus resoluciones. Es verdad que la organización enfrenta una crisis de credibilidad, pero ello de ninguna manera significa que deba desaparecer, al contrario, es necesario reformarla para fortalecerla.
Con relación al Ecuador las Naciones Unidas formaron parte de un grupo de veedores internacionales que participaron gratuitamente y activamente como veedores en la conformación del Concurso de Méritos para designar a la Corte Suprema de Justicia del Ecuador en el año 2005, que estuvo presidido por un Comité dirigido por el Doctor Carlos Estarellas Merino.
La conformación de la Corte del 2005 se dio luego del bochorno de la famosa “Pichi-Corte” que trajo como consecuencia que lamentablemente nuestro país se quedara algún tiempo sin esta importantísima función del Estado.
Por los motivos expuestos, la labor del nuevo Secretario General Antonio Guterres deberá estar dirigida a restaurar dicha credibilidad y poder reformarla, en consecuencia es un esfuerzo que deberá asumir conjuntamente con todos los Estados miembros