21 noviembre, 2024

Corrupción

“El gobierno no  puede combatir la corrupción, porque la corrupción es el gobierno”.  Anónimo

“Cuanto más corrupto es el estado, más leyes tiene”.  Tácito

“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella.”  Joan Báez

Estos tres pensamientos, en pocas palabras, resumen en forma clara y precisa la situación en que se encuentran muchos países en el mundo y el cómo por falta de acción de iniciativas ciudadanas en forma organizada, es que no logramos ningún resultado positivo.

Por lo expresado reflexionaré sobre algunos de los motivos que han incrementado la corrupción y con ella han destruido nuestros países y afectado profundamente a los ciudadanos.

Cuando en las supuestas mejoras educativas, se eliminan las materias de ética, moral y cívica en la enseñanza básica y superior y además a niños en proceso de desarrollo y formación se les dan clases de sexo, indicándoles que independiente del sexo de nacimiento puedes elegir el que desean tener, ¿qué podemos esperar como resultado? (Ecuador, gobierno de socialismo del siglo XXI).

Si a esto le añadimos la cultura del dinero, el nuevo Dios, con el que se aspira y espera conseguir todo y por ello hacer todo para tenerlo, con lamentables casos de delincuencia en drogas, prostitución, robos e involucrarse en actos ilícitos en el sector público y privado con la meta de obtener dinero, ser ricos y adquirir cosas materiales, aunque pierdan sus valores más importantes.

Son miles de personas en el mundo las que forman la enorme telaraña que cubre nuestras ciudades, países, continentes y el mundo en general, esperando que caigas tarde o temprano en su mundo de corrupción.

Es triste ver como muchos valoran a las personas por lo que tienen y no por lo que son en valores y conocimientos.  Por la enorme presión de la cultura del consumo, tienes que tener lo último en todo, desde el celular hasta el hogar, a cualquier precio.

Es por ello que la política, los cargos públicos, son las mejores opciones para el enriquecimiento ilícito, aunque destruyan a los países y a los pueblos.  Esa suma de poder y de facilidad para cometer actos corruptos, enriquecerse en los cargos públicos, es otra de las drogas que asolan y arrasan muchos países en el mundo.

La corrupción compra jueces, justicia, negocios turbios, te facilita campear como gran señor después de robar.

En los casos en que hay sanciones, pasadas las mismas con la compra de jueces y otras instancias donde dejan parte de los recursos mal habidos, los corruptos, se pavonean como perseguidos políticos y en sociedades donde el dinero es todo, vuelven a la gran vida y a los círculos donde abundan los corruptos y sus riquezas mal habidas.  Considero que es poco lo que se puede esperar de la justicia en muchos países, por ello como dice Joan Baez, debemos pelear como sociedad civil.

¿Cómo?, con la fórmula de las sanciones cívicas, juzgando a los corruptos en tribunales anticorrupción, como los de arbitraje, inhabilitando a los corruptos a negociar con personas, empresas o instituciones que les cerrarían las puertas a todos los que consten en los registros de sancionados por corrupción, según la gravedad de sus actos durante los años que se establezcan por inhabilitación.

Con esta anécdota de mi vida, grafico el concepto; en uno de los encuentros y eventos que participé como expositor en Colombia, en una reunión informal con un senador de dicho país, al tratar los procesos de paz, le propuse, hace algunos años, que a los guerrilleros le deberían aplicar la “muerte cívica” por los años que cada caso amerite, inhabilitándoles a que puedan optar por cualquier cargo público. Esto no se ha dado, pero  me alegró conocer que le Presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, está legislando este tipo de sanciones para los corruptos, además de las que ya existen por leyes vigentes.

Asi evitaremos que los corruptos vuelvan a los cargos públicos o privados en varias ocasiones como si nada hubiera pasado.

Concluiré resumiendo el pensamiento de Karl Kraus: “La corrupción es peor que la prostitución, esta última pone en peligro la moral de la persona, pero la corrupción política o privada pone en peligro la moral de un país”.

Recordando además un hecho bíblico: “Y entonces Pilatos preguntó a la multitud: ¿a quién suelto?

El pueblo clamaba: a Barrabas, el ladrón! y más de 2000 años después, el pueblo sigue eligiendo a ladrones “  Anónimo

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