El sonado caso de corrupción en Petroecuador ha sacado a la luz más de un delito. Las investigaciones conducen a que los procesados han donado bienes a amigos o familiares y eso tiene un nombre: testaferrismo.
El testaferrismo es una figura utilizada por el crimen organizado para sus fines delictivos, como evadir impuestos, quitar herencias, vulnerar derechos laborales, etc., y se da cuando una persona presta su nombre e identidad para adquirir bienes, como propiedades o vehículos, por lo general a través de la figura de donación; pero sospechosamente, esas personas a las cuales se les donan bienes o acciones de determinadas compañías, son menores de edad o ciudadanos que a grandes luces, nunca hubieran podido adquirir con sus ingresos tales bienes.
Recordemos cuando el exministro de Hidrocarburos, quien está prófugo, acudió a la Asamblea y fue indagado por “su casota en Samborondón”, a lo que respondió: “¿Y qué, no le puedo regalar a mis hijitos?”. Pero resulta que los “hijitos menores de edad” no tienen los recursos necesarios para adquirir bienes inmuebles de cientos de miles de dólares. ¡Qué insulto a la inteligencia!
¿Hasta cuándo las autoridades se hacen de la vista gorda?
El testaferrismo se da en el sector público y en el privado, y aquí entra la figura de lavado de activos.
No se hagan los ingenuos, la evasión no solo se da a través de empresas “offshore” en Panamá.
Superintendencia de Compañías, inicie de oficio pesquisas sobre las acciones cuyos propietarios son menores de edad o personas con “cero ingresos” y se darán cuenta de que sus bienes y activos no se compadecen con su remuneración.
Los ecuatorianos que nos sacamos el aire trabajando de sol a sombra ponemos nuestros bienes a nuestro nombre, no a nombre de terceros, porque no hay nada que ocultar.
Autoridades, basta de permitir el fraude, la evasión de impuestos; basta de admitir la figura de bienes “donados o vendidos fraudulentamente a terceras personas o familiares”, y de acciones en compañías de ochocientos dólares que tienen como únicos activos “verdaderas mansiones”.
Excelente justamente eso es lo que pasa en nuestro gran Ecuador..