22 noviembre, 2024

La Autoridad (IV)

El señor Arzobispo de Guayaquil (Mons. Luis G. Cabrera), no se quedo en las palabras y/o enunciados básicos, fue mas allá, fue al meollo de las características, de quien(es) actúa(n), en nombre de la AUTORIDAD, -y no de la ley- y nos dice:

“Casi siempre, (quien así actúa), establece COMPROMISOS DE COMPLICIDAD, orientados a mantener las posiciones que favorezcan. a las partes ¿Para que hacerse de enemigos si al final todos tienen sus beneficios económicos, políticos o sociales?

Que preciso nuestro Arzobispo, para determinar tales tipo de acciones que provienen de una AUTORIDAD, que es capaz de bajar (de bajeza), hasta la COMPLICIDAD, para lograr lo que se propone, que para satisfacer a una de las partes o a su propio ego, pacta COMPROMISOS orientado a esos fines, que son de exclusivo interés, de la AUTORIDAD de quien la ejerce.

El Arzobispo de Guayaquil ha puesto “La pica en Flandes” o “el dedo en la llaga”, no solo para “desnudar” a determinadas autoridades nacionales, sino extranjeras y/o internacionales, donde la complicidad, con la ayuda de otras autoridades, contribuyen con la consolidación de tales propósitos.

Por ejemplo, los recientemente logrados «Acuerdos de Paz», en Colombia, por el señor Presidente Santos y las F.A.R.C.

Pretendieron “TAPAR EL SOL CON UN SOLO DEDO”, ocultando la verdad, desconociendo el dolor de las víctimas y de sus parientes, y, sobre todo, a espaldas de todo un pueblo, que veía con ojos de angustia y no menos dolor, que los 52 años de terror impuestos por la FARC en Colombia, se convertían de la noche a la mañana (en 4 o 6 semanas), en ACUERDOS de “PERDÓN Y OLVIDO”, en la concesión de privilegios y canonjias y de premios políticos, cuando lo único que cabía y todavía cabe, con los miembros de la FARC, es la cárcel, con penas del mas alto rigor que señalen las leyes penales y civiles colombianas, y por lo menos, la suspensión de por vida, de sus derechos políticos.

Por fortuna, el pueblo colombiano, se armo de valor y dijo NO en el Referéndum, realizado en días pasados en ese país, a todo un “proceso amañado” , manejado con sutil picardía para olvidar el pasado y otorgarles el PERDON, a los causantes de tantos ilícitos, daños materiales y pérdidas de vidas humanas.

Como si concluyéramos y resumiéramos este medio siglo de atrocidades, en la conocida frase popular “aquí no ha pasado nada”. Que siga humillada Colombia, “mas vale la paz con humillación, con impunidad y con privilegio para los causantes, que la paz de los cementerios”.

Paz, que aspiran los tiranos para obviar la justa indignación de los perjudicados que vieron meses atrás, con ira y tristeza como, la AUTORIDAD, se lleno de ego y decidió, per se, sin tomar en cuenta los sufrimientos de los afectados (rehenes) y de sus familiares.

Todo ello, en nombre de la AUTORIDAD, para imponer su voluntad y en mas de una ocasión, sostener ideológicamente posturas a rrajatabla, que no aplican ni en Colombia, ni en el Ecuador, ni en Sudamérica, como lo dijo con certeza, días atrás, el ex Presidente Uruguayo Jose Mujica, en su reciente visita al Ecuador.

Que se corrijan los acuerdos LOGRADOS que desconoció el Referendum y se aplique exclusivamente la ley, la justicia ordinaria y se fijen las indemnizaciones económicas, a las víctimas de tan atroz, grupo armado e ilegal, que sacudió a Colombia y al mundo entero, durante mas de 50 años, reeditando un nuevo HOLOCAUSTO.

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