El panorama electoral prácticamente este definido con la inscripción de los candidatos a la Presidencia y a la Asamblea. Hay claramente dos tendencias: la de continuar el actual esquema en lo económico y absolutista o la de un cambio que modifique la estructura del Estado y genere confianza.
La campaña al parecer no será tan limpia que digamos. Desde las redes sociales existe una crítica muy dura contra ciertos personajes que tercian para Asambleístas. La burla y el descrédito está siendo utilizado en forma desleal y poco sana.
Es penoso e incluso risible la forma en que se han estructurado ciertas listas de asambleístas. El país requiere cambios urgentes a leyes y resoluciones que impiden su desarrollo. La crisis económica y falta de empleo se agrava con el paso de los días. Ciertos personajes que se postulan podrán tener muchos atributos en lo artístico y físico, pero no la capacidad para solucionarlos.
La disputa por la Presidencia se definirá entre el candidato del oficialismo que se reduce al continuismo y el de la oposición que presente la mejor opción de recuperación para el país. Una decisión más sencilla.
La campaña sucia reventará las redes sociales y se hará presente en los personajes candidatizados para la Asamblea. Algunos son conocidos solo por sus apelativos, lo que permitirá el desborde de la sátira y humillación.
Lo criticable es que no se piense en función de país sino de intereses personales.