“Ama a tu prójimo como a ti mismo”, enseña Jesús. He aprendido a ver a nuestros animales muy próximos a nosotros y a quererlos como prójimos. Nos criamos con ellos, y es divertido y sano ver a un niño jugar con el perro de casa o un gato casero. Estás son escenas familiares. Estar con un perro es sentir la dulzura de su apreciada atención y gozar de su protección y cuidados. Cercanos a nosotros nos brindan compañía y cariño. Son los animales nuestros prójimos amigos. Decía San Francisco de Asís, el patrono de los animales:“Los animales son mis amigos, y yo no me como a mis amigos”.
Cada vez están surgiendo en la sociedad nuevas iniciativas y mejores comportamientos en el trato con los animales. Eso es bueno y maravilloso, además. La crueldad contra animales es cada vez más condenada y motivo de vergüenza para quien la ejerce. El animal tiene igual derecho a la vida y por su condición de dependencia, reclama un trato ético y considerado. Los animales no son seres inferiores son hijos de la creación y con los humanos compartimos el derecho a la vida.
Por eso me he congratulado de los exitosos programas que cuenta la Prefectura del Guayas en defensa de los animales, que incluyen un estudio científico que busca identificar nuestros comportamientos con ellos. Se trata de URRA, la Unidad de Rescate Animal y ERAH, Estudios para la relación entre animales y humanos, que cuenta con el apoyo de la Universidad Laica Vicente Rocafuerte para entregar un diagnostico a la sociedad en el tema de la compra de animales y el trato que se les da cuando ya están en nuestros hogares. Los resultados nos indican que aún falta conciencia y compromiso para considerar a los animales como seres vivos que han venido a experimentar el proceso de vivir y tienen todo el derecho a ser mantenidos vivos y darles trato digno y considerado.
El Prefecto Jimmy Jairala es un fiel amante de los animales y su gestión en la Prefectura ha buscado dignificar el trato y la relación con los animales. Mantiene desde hace ya algunos años el CENTRO DE EQUINOTERAPIA que ofrece terapia gratuita de estimulación a niños con dificultades de atención. Viví la experiencia directa con un familiar cercano y descubrí que la relación entre caballo y los niños despierta nuevas sensaciones y abre nuevos contactos neuronales que permiten una notoria mejoría en la sincronicidad motriz de los niños. El estar cerca a esta estimulación cariñosa es un milagro, es el amor lo que une y sana.
Tratar sin violencia a los animales debe ser visto como una lucha contra la violencia en todas sus formas y manifestaciones. Estas extraordinarias iniciativas merecen todo nuestro apoyo y entusiasmo porque estamos junto a nuestros perros y gatos para cumplir en este apasionado viaje de estar vivos.
Buen artículo, respeto por los animalitos menos afortunados.