La Asamblea aprobó la ley que establece y regula la aplicación de los feriados en el país y por eso tuvimos libre el día lunes, luego de la Navidad, en vista de que esta fecha cayó en domingo. Es un tanto conflictivo el tema, porque a más de uno le viene bien un día adicional de descanso, especialmente luego de un feriado tan trajinado; sin embargo, no creo que con más ocio se fomentará el turismo interno del Ecuador. Nuestro país necesita trabajo.
El turismo interno sin trabajo y por lo tanto sin ingresos, no funciona. Es un círculo vicioso sin beneficio alguno. Si quieren fortalecer la industria, deben trabajar en la seguridad jurídica, infraestructura, ofrecer líneas de crédito blandas para la activación y operación de las diferentes empresas asociadas a esta industria.
Este año no me dejaron ni opción a testamento, especialmente con lo de la ley de plusvalía. Con este Gobierno no dan ganas de dejar nada porque apenas ven un dólar le crean una ley para controlarlo.
Estamos por terminar un año complicado, de esos difíciles de olvidar, donde vivimos desastres naturales devastadores que afectaron dramáticamente provincias hermanas; terminamos con una economía maltrecha, endeudados hasta la coronilla, con falta de seguridad pública, con golpes delincuenciales a la orden del día, hechos dolosos de grandes proporciones de parte de funcionarios públicos. Sin embargo, tenemos como buenos ecuatorianos, grabadas en nuestro ADN las maneras para salir bien librados de tanta desavenencia.
Quiero terminar con un mensaje de optimismo para el 2017: demos todo para alcanzar los objetivos que nos propongamos, pensemos bien las decisiones que tomaremos, por el bien nuestro y del país; recordemos que una característica de la tempestad es que siempre es pasajera.
Este es el último artículo de este año y aprovecho la oportunidad para agradecerles la atención que le brindan a mi columna, así como sus comentarios enriquecedores. Queridos lectores les deseo que el 2017 sea lleno de superación y conquistas. ¡Felicidades!