21 noviembre, 2024

200 años

El 9 de octubre del 2020 se cumplirán 200 años del inicio de la Independencia definitiva del Ecuador, y hay que reconocer que ha pasado mucha agua debajo del puente en este tiempo.

Aunque muchos quisieran tapar el sol con un dedo para no quedar ciegos con su resplandor, si analizamos la historia, veremos que los prohombres que pusieron las ideas libertarias en movimiento, fueron en su gran mayoría, hombres intachables, de moral reconocida, que pusieron por encima de sus deseos personales, por encima de los intereses económicos particulares e incluso los locales, familiares, y de cualquier otra índole, los intereses de la Patria nueva.

Nuestro Prócer, Don José Joaquín de Olmedo, fue electo para gobernar esta Patria naciente y lo hizo con sabiduría y sobre todo, dando ejemplo a sus compatriotas sobre la forma de hacer las cosas. El mundo ha ido cambiando, lentamente al principio y luego, en forma vertiginosa, perdiéndose ese sabor de honestidad que existió en Olmedo y en muchos de nuestros antepasados, llevándonos poco a poco hacia el mundo en que vivimos.

Olmedo no fue solamente un político, Olmedo fue un formador. Entre sus muchos escritos tenemos el “Alfabeto para un niño”, hermoso poema de consejos formativos para la infancia, que termina con esta recomendación: “Estas reglas, hijo amado, te harán un niño gracioso, un joven pundonoroso, un hombre bueno y honrado y un anciano respetado, que a sus iguales auxilia, sus diferencias concilia con verdad, no con rigor y muere siendo el honor de su Patria y su familia.”

Luego, en su verso, “Consejos para la juventud”, presenta muchos consejos valiosos sobre la forma de comportarse y actuar en la vida, consejos para formar a los jóvenes, que debería ser una Biblia para los de nuestras futuras generaciones. Así mismo, luego del soneto inicial y de los muchos sabios y valiosos consejos, termina con esta estrofa: “Sé virtuoso, prudente, liberal, caritativo, no avaro, ni vengativo. ni airado ni negligente. Antes bien casto, paciente, modesto, muy advertido, siempre a Dios agradecido y tal que puedan decir que debieras no morir, como otros, no haber nacido.”

Al hablar de la función pública que ejerció mucho tiempo con integridad y honestidad a toda prueba, advierte, al que quiera llegar a ocupar un puesto público, la forma como se debe ejercer el poder. Esta forma de actuar, que fue su norma y su norte, debería ser copiada por las nuevas generaciones de políticos. Es una pena que esta forma de actuar no sea el ejemplo a seguir sino, muchas veces, lo contrario. Olmedo advierte: “El poder público no es una propiedad que se adquiere, no es un fuero, no es un premio que la nación concede; es una carga honrosa y grave, es una confianza grande y terrible, que lleva y consigue grandes y terribles obligaciones. El ciudadano investido del poder no tiene más derecho que el de tener mayores facultades para el bien, y la de ser el primero en marchar por la estrecha senda de las leyes; ni debe proponerse otra recompensa que la esperanza de merecer un día, por su moderación, por su constancia, por su cordial sumisión a las leyes, el amor de sus conciudadanos y la gratitud de la Patria.”

No creo necesario hablar de lo que se está viviendo en el mundo y en el Ecuador. Por donde quiera que se mire, el mundo está siguiendo por un derrotero completamente apartado de la moral, donde sólo se rinde culto al dinero y a la posesión material de las cosas. El hombre es sólo un acumulador de bienes. Todos desean poseer. El odio, la envidia, la venganza, el revanchismo, son los nortes para el mundo actual.

Creo que ya es hora de un cambio. Enterremos a ese monstruo que hemos fabricado dentro de nosotros mismos. Miremos y reflexionemos hacia donde estamos llevando el mundo que vamos a dejar a nuestros descendientes. ¡Cambiemos nosotros y cambiaremos al mundo! Hagamos el esfuerzo y en este bicentenario formemos un nuevo Ecuador.

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1 comentario

  1. Creo, se debe restituir la materia llamada Lugar Natal. Medio por el cual el niño se instruía de las particularidades del terruño y cuidad donde nacía. Una educación laxa o híbrida da como resultado mentes fofas y desapegadas a su ciudad, región y finalmente del amor a su país
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