Una de los hechos que no puede pasar desapercibido y olvidado, es el intento de desmantelar las cúpulas de la Catedral de Guayaquil, con un cable de acero, tendido de un helicóptero, que a la fuerza pretendía desprenderlas para repararlas.
Razón tiene Pepe Orús, al decir que si viviera su padre el Arq. Orús Medinya, los hubiera “sacado a patadas”.
Gracias a Dios, no se le ocurrió al contratista – perdón, Burgomaestre, – trasladar – con los mismos medios- la Catedral, a otro sitio de la ciudad, como lo hacen las grúas de Autoridad Portuaria, con los contenedores, que los elevan de los buques de carga a un costado del muelle y los depositan en los transportadores de plataformas, a los sitios de destino.
Razón tiene el Arzobispo de Guayaquil, de prohibir tal despropósito y de requerir que la reparación se haga in situ, con los restauradores que si sabe hacer bien, este tipo de trabajos.
Digo, que no puede pasar desapercibido y olvidar este “hecho”, por constituir por lo menos, una tremenda irresponsabilidad, intentar hacerlo de la manera que “tal” autoridad, decidió hacerlo.
Gracias a la pericia del piloto del helicóptero, que logro zafar el cable de acero, – que gracias a Dios no le cayo a la Catedral, ni a los númerosos peatones -que transitan por esos lugares- en pleno centro de la ciudad, o el propio helicóptero caerse sobre la misma Catedral o sobre cualquier otro inmueble aledaño, con los consiguientes daños materiales y humanos.
Si el responsable de tal decisión es el Alcalde de Guayaquil, debería dar “un paso al costado”, como lo hizo el Ec. Acosta, cuando presidía la Asamblea General, que dicto la actual Constitución del Ecuador (2008), y cederle el puesto a la Vicealcaldesa de Guayaquil, la Sra. Doménica Tabacchi, que también esta preparada para dirigir la ciudad de Guayaquil.
Esta decisión y otras, que ha tomado el Alcalde Nebot, como el puente que unirá Guayaquil con Samborondón y el fracaso en la regulación del transito en la ciudad de Guayaquil, -materia de futuras entregas- ameritan mi propuesta.
El Alcalde Nebot, necesita unas largas vacaciones. Su obras “regeneradoras” de la ciudad, ya rebasaron con creces, los límites de lo esperado por los guayaquileños y su paciencia, en el ínterin, ya no aguanta más.
Vacaciones que sugerimos sea en las Bahamas, donde sus balnearios son verdaderos “paraísos”, aunque fiscales, pero paraísos al fin y al cabo, o dedicarse a estudiar una Maestría de esas que están de moda y sin las cuales, ni siquiera se puede optar por una cátedra universitaria, para quienes no la han optado, por cuanto el Doctorado anterior, no es suficiente.
Por cuanto, las leyes de Educación Superior, exigen el PHD para ser elegible, para tal tarea y a tiempo completo, como en las mejores universidades europeas y/o americanas, sin tener ni la estructura ni el dinero, que tal propuesta requiere.
Recuerdo, que la Universidad de Baton Rouge -Louisiana State University- (LSU), tenia en los años 65 del siglo pasado, un presupuesto similar al presupuesto del Ecuador en esos años.
¿De donde “pecatas meas”?, en esta época de “crisis”?
Gracias al Señor Arzobispo de Guayaquil, -que tiene los pantalones bien amarrados- se evitara una desgracia y un despropósito en Guayaquil.
Ejemplos como ese -del Arzobispo de Guayaquil- necesita la ciudadanía, para que el Gobierno y el oficialismo, no terminen por destruir el país.