He dedicado mis últimos artículos a la campaña electoral que está hirviendo y no necesariamente por el fervor de sus candidatos, sino por los escándalos de corrupción que siguen adornándola y agregando más ingredientes a las arremetidas de la oposición contra los candidatos de Gobierno.
Debo confesar que tenía preparado otro tema para esta publicación, pero considerando los últimos acontecimientos relacionados con las declaraciones de Capaya, que como el último aguacero en Guayaquil nos inundó de novedades, hizo que con un golpe de timón cambie el rumbo de mi artículo.
No creo que a muchos nos sorprendió lo que el ciudadano referido ha denunciado al país.
Enchufado al polígrafo y filmado, cantaba con un buen do de pecho todas las chalanerías y bribonadas que se han practicado en Petroecuador con el más preciado recurso natural de nuestro país, el petróleo.
Como todos habrán visto, las denuncias han sido preparadas por capítulos, donde en cada uno de ellos se evidencian respuestas que la mayoría anticipaba. Nuestro país es pequeño y los secretos a voces gritaban en este caso.
Tremenda salpicada que le pegan al binomio verde flex ¿Cómo saldrán de esta? Me temo que aún falta más por escuchar.
Esto no sale a la luz pública por mera coincidencia, es evidente que lo hacen cerca del día de las elecciones presidenciales para que todos tengamos fresco lo denunciado. No les sorprenda que el tema se mantenga vigente y ganando volumen conforme nos acerquemos a la fecha de escoger.
Obviamente, la reacción del Gobierno fue más que predecible, se rasgaron las vestiduras indicando que son infamias para manchar a la revolución ciudadana y a sus candidatos mártires.
Ahora esperemos que se den detalles y evidencias para demostrar lo que se ha denunciado.
Al menos se los ve preocupados. Aquí sí cabe el conocido refrán: “cuando el río suena, piedras trae”.
Reitero mi recomendación de votar de manera consciente y cuidadosa, sabiendo que lo que decidimos en esas papeletas que toman tan poco marcar es el futuro de nuestro país.