La historia aparenta ser una ciencia muerta, es todo lo contrario. Graeme Donald Snooks, prestigioso investigador y escritor australiano en su libro Leyes de la Historia reconoce que existen leyes de historia. Para él, descubriéndolas es posible encontrar aplicaciones prácticas. Snooks lamenta que se haya usado la historia como entretenimiento y no por los profundos conocimientos que ofrece sobre la dinámica del ser humano. Para Snooks, a través de estas leyes es posible acabar con lo inevitable. En el caso ecuatoriano, es posible salir de los malos gobernantes y economía que no va a ningún lado; su crecimiento está estancado en una media de 4.3% desde el 2000, a pesar de los enormes recursos producidos por el petróleo. Así como en las ciencias naturales, las leyes sirven para encontrar respuestas, en las ciencias sociales también deben tener aplicaciones similares. Estas leyes explican la dinámica de los cambios y por qué las sociedades emergen, crecen, se estancan, declinan y desaparecen. Snooks está consciente de que la fuerza conductora en la historia de la humanidad ha sido el deseo abrumador de sobrevivir y prosperar. Algunas sociedades, más que otras, han aprovechado esas fuerzas, particularmente las que crearon modelos de competencia dinámica y supieron usar las leyes primarias, secundarias y terciarias. Ejemplos de éstas son la ley de intensidad competitiva, la del cambio tecnológico acumulado y la del cambio institucional, respectivamente.
En mi libro Ecuador y los desafíos del siglo XXI, trato de identificar esas leyes, planteo las debilidades de la sociedad ecuatoriana y propongo maneras de usar las leyes de la historia universal para terminar con el círculo vicioso del atraso en que se encuentra Ecuador desde que se convirtió en república. El contenido de esta obra corresponde a conferencias dictadas en algunas instituciones, artículos en diarios y revistas. Los interesados pueden leerlo en mi sitio web, en la sección libros https://works.bepress.com/guillermo_arosemena/
Edmund Burke fue uno de los más grandes parlamentarios ingleses, gran orador, autor, filósofo y estudioso de la historia; entre sus máximas se encuentra: “La gente no mirará a la posteridad, si antes no mira atrás a sus antecesores” Los ecuatorianos tenemos memoria muy corta, nos olvidamos del pasado con facilidad y no nos interesa leer, apenas revistas antes de dormir. Son fatales las consecuencias de la actitud descrita. Una es cometer los mismos errores, no aprender de las experiencias pasadas. Tiene un costo muy elevado. La mala elección de los gobernantes es un ejemplo. Conocer el pasado no es sólo necesario en la política, es indispensable en todas las actividades del ser humano, incluyendo las empresariales. Años atrás se publicó La empresa viva, libro escrito por Arie de Geus, alto ejecutivo de Royal Dutch Shell, una de las petroleras más grandes del mundo, para conocer qué factores contribuían a la longevidad de las empresas, algunas con 200 y más años de vida. El autor las identificó y encontró los que habían contribuido a tan larga vida. Son compañías que logran desarrollar habilidades para adaptarse a todo tipo de entorno y sobrevivir en el tiempo. Royal Dutch Shell se propuso emularlas.