Hay que decir abiertamente que los comicios del día 19 de febrero pasaran a la historia. Nunca antes los ecuatorianos habíamos estado sumidos en tanta incertidumbre como son y continúan siendo las horas luego del cierre de las votaciones.
La división que ya se esperaba como consecuencia de no haberse cristalizado el pacto entre los partidos o tendencias de la oposición se puso en evidencia desde que se dieron los primeros resultados. El divide y reinaras le funciono al correismo a la perfección; no obstante, lo que es innegable es que más del 60 por ciento del voto fue en contra de la tendencia gobiernista.
La promesa del CNE de que entregaría los resultados de los escrutinios el mismo día 19 se convirtió en un sofisma y con ello se desato una ola de especulaciones muchas de ellas consecuencia de la caída del sistema y de que el conteo rápido de Participación Ciudadana tampoco se cristalizaba por inconvenientes y trabas que se les pusieron a sus miembros.
El gobierno con él presidente a la cabeza haciendo tabla rasa de todo lo que el CNE pudiera decir o los resultados que se proclamen, anuncio abiertamente su triunfo y el festejo se generalizo entre los verdes en la tarima que habían instalada en las afuera de su sede en Quito. Los discursos y bailes se popularizaron y el canturreo prolifero con el desentono respectivo.
Largo seria enumerar la cantidad de denuncias que se daban por las redes sociales, donde se incluían imágenes de personas que sin mayor explicación tenían en su poder papeletas de votación o actas que se desconocían como estaban rodando fuera del CNE.
Hasta el momento de escribir este artículo no existen cifras definitivas por parte del CNE, y lo único que informan por medio de cadenas nacionales es. La Tendencia es Irreversible. Es decir que la cifra de los dos primeros candidatos no tiene la variación como para hacer pensar que no se daría una segunda vuelta.
Sería realmente peligrosos que la voluntad de un pueblo no se respete y se dé un ambiente de caos que pondría al país al borde de una convulsión social.
Los bandos de los dos candidatos esperan con impaciencia la proclamación de resultados y estos tiene que darse antes de que el feriado de carnaval de su inicio.
La Tendencia es Irreversible, así que se necesita un llamado a la serenidad que debe nacer del propio gobierno y no atizar aún más las divisiones con discursos y denuncias que enrarecen el ambiente.