El 20 de enero salió un artículo con este título, escrito por Alicia Ault. ¿El motivo? La gran discusión actual sobre si la mariguana debe ser liberada por sus efectos terapéuticos.
Evidencia sustancial sugiere que el uso de cannabis está asociado con el desarrollo de psicosis y esquizofrenia, pero los estudios también muestran que puede tener beneficios, incluyendo aliviar el dolor crónico y la náusea inducida por quimioterapia; según el nuevo informe sobre los daños y beneficios del cannabis por la National Academy of Sciences, Engineering, and Medicine (NAS) de Estados Unidos. Esta evidencia es clara y debe ser tomada en cuenta antes de decidir su uso. Como en todo, hay que pesar y valorar riesgos y beneficios, no sólo para el paciente, sino también para la sociedad.
El informe, contiene 100 conclusiones basadas en evidencia sobre el cannabis, incluidos los productos derivados del mismo, y exige la eliminación de las barreras que impiden a los científicos obtener una comprensión más extensa de esta sustancia, que cada vez es más utilizada. Una de las principales barreras es que la marihuana está catalogada como una sustancia de clasificación I en la ley de sustancias controladas (Estados Unidos).
Recuerdo mi infancia, lo cual explica porqué mi generación no cayó en el mundo de las drogas. Para nosotros, el nombre o el apodo de mariguanero era prácticamente un insulto. Un vago, un delincuente, un asaltante, era quien consumía mariguana, y nadie quería ser identificado como uno de ellos. Ahora más de 22 millones de estadounidenses mayores de 12 años de edad reportan consumir cannabis (la mayoría con fines recreativos). En Estados Unidos veintiocho estados y Washington, DC, han legalizado la marihuana para su uso médico, y ocho estados y el Distrito de Columbia permiten su uso recreativo.
«Esta creciente aceptación, accesibilidad, y uso del cannabis y sus derivados plantean importantes preocupaciones de salud pública», dijo la directora del comité de National Academy of Sciences, Engineering, and Medicine, Dra. Marie McCormick, ScD, profesora de salud materna e infantil de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, en Estados Unidos. Según ella, la falta de investigación significa que los usuarios no tienen la información adecuada sobre los riesgos y/o ventajas de su uso.
Al compilar este informe, el comité analizó más de 10.000 resúmenes relevantes, dando prioridad a las revisiones sistemáticas realizadas entre el 2011 al 2016, y a la «investigación primaria de alta calidad» que se centró en 11 puntos de salud: efectos terapéuticos; lesiones y muerte; cáncer; infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y diabetes; enfermedad respiratoria; inmunidad; salud mental; problemas por el uso de cannabis; el uso de cannabis y abuso de otras sustancias; problemas psicosociales y la exposición prenatal, perinatal y neonatal, de gravedad creciente..
La medicina basada en evidencia, indica que el uso de cannabis está asociado con el desarrollo de psicosis y esquizofrenia, pero los estudios también muestran que puede tener beneficios, muchos atribuidos más bien a factores psicológicos, incluyendo aliviar el dolor crónico y la náusea inducida por quimioterapia.