Palabra que en pleno siglo XXI, en que vivimos, ha entrado al vocabulario jurídico, señalándolo como crimen u homicidio contra las mujeres, por razón de género.
Asesinato contra ellas, por los hombres irracionales, que se creen, como superiores en fuerza bruta, dueños de sus vidas.
Alguna vez oí a un hombre que se preciaba de respetar a su mujer que huía de él -jamás le puse mis manos sobre ella, solo la reprendía y nada más-¡Pobre individuo! Ese -nada más -cuánto significó en la vida de la mujer y sus hijos que sufrieron el maltrato violento de insultos, que es la muerte en vida de quien los recibe.
Hoy ha tomado revuelo el asesinato de las mujeres por el varón, a lo que alguien me dijo -pero son solo los hombres de bajo estrato social, mira que lo hacen con cuchillo y machete-
¿Y las golpeadas, pateadas, ahorcadas, en su propio aposento o abaleada en sus autos? Y ¿las mandadas a matar y cortadas en pedazos envueltas en saco arrojadas entre los matorrales?…
¿O “Las suicidas” y ahorcadas en su dormitorio, o acostadas en su elegante cama con balas en el pecho o estranguladas…?
Con tiros de revolver, cuchillo o machete es un crimen, cometido por un criminal.
Sin contar lo que denunciamos en el 2009, las mujeres que nos reunimos en Buenos Aires-Argentina, por los 30 años de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todo discrimen contra la mujer –CEDAW- (siglas en inglés) donde líderes de toda Latinoamérica del presente y el pasado, hicimos un análisis histórico con los nuevos desafíos a enfrentar para fortalecer y consolidar la acción de la Región –yo asistí como miembro que fui del 86 al 90-
La denuncia la planteó nuestra Colega brasilera de antes, Silvia Pimentel, señalando que – la mujer en todo el mundo es víctima de un nuevo maltrato por el varón, que está marcando en el presente niveles de criminalidad sexual abominables, en las violaciones casi a diario, de las mujeres desde niñas ultrajadas hasta el incesto, lo que constituye un precedente para tomar decisiones jurídicas y en lo que se refiere al plano civil, a un nuevo contexto educativo formativo, basado en la sexualidad humana, hoy tan desvalorizada en la mujer-
De lo que tan poco o casi nada se hace en lo jurídico –es porque las leyes están hechas por los varones -dicen. Es entonces cuando toca a las mujeres en las legislaturas y tribunales o en Asambleas como la nuestra, donde hay tanto elemento femenino y en todas las instancias que nos toca actuar, terminar con los crímenes de lesa humanidad que se cometen contra nuestras congéneres.
Y así se cumpla ese “algún día” que Rosa Amelia Alvarado en su casi evocación revolucionaria lo presagia en su discurso de –Mujeres del año. Rev. Hogar enero 2017-
“Y algún día, así se tendrán que levantar las mujeres de Alepo, que hoy soportan ante la mirada indiferente de los humanos y así tendrán que levantarse las miles de mujeres abusadas física, sexual y psicológicamente, ante un mundo ciego e injusto. Y tendrán que levantarse aquellas que en diferentes lugares del planeta, aún son mujeres objeto, aún son desvalorizadas y marginadas…”
Mientras tanto: ¡Madres y maestras del mundo! Enseñad a vuestros hijos y alumnos a respetar a la mujer, partiendo desde sus madres. Interpretando lo que paradójicamente decían nuestros mayores “A la mujer no hay que tocarla, ni con el pétalo de una rosa”.