De zapatos, carteras y mujeres elegantes

Antes de entrar en materia, les comento un aspecto, familiar.

Tengo la suerte de haber nacido en un hogar que optó por el buen vestir. Desde muy pequeño, mi madre era muy exigente en ese aspecto y por supuesto, uno se acostumbra a vestir siempre así, sin excesos, ni extravagancias, algo formal para todas las ocasiones.

Mi esposa, también lleva la batuta, en el buen vestir en mi familia, es referente, y siempre consultada por los más cercanos de mi circulo familiar.

Cuando nos caen los años, de vez en cuando, olvidamos tener presente este concepto -no me escapo-, por suerte tengo supervisora en casa, que me asesora y en ocasiones me corrige, no quiere verme, como lucen ciertos “viejos huachafosos”, que avergüenzan a sus mujeres, mas aún, en los centros comerciales, que, de suyo, constituyen, los “centros de moda casual”.

No se ven elegancias, pero si diversidad de modas, de acuerdo a la edad y sexo de las personas.

Guayaquil es el centro de la moda, de una diversidad de ropa casual, en todos los niveles sociales.

No hay en este sentido, complejos, ni impedimentos. El clima, por supuesto marca la tendencia, sobre la moda y éstas se imponen a las personas, que utilizan el traje adecuado para la ocasión, sobre todo, en su trabajo; me refiero, a los artesanos y libre emprendedores, de suerte que así, ellos se diferencian de los demás, de acuerdo con su oficio: el gasfitero, el panadero, el betunero, el periodiquero, el mecánico, el carpintero, el pescador, el soldador, el charolero, el tiendero, el refresquero, el cocinero,  el vaquero, el tazador, etc., cada uno tiene su estilo propio y su “look personal”, que lo identifica y del cual se siente orgulloso.

Somos un país megadiverso y multi folclórico, pero de un folclor que halaga a la vista, que es ancestral en la sierra, que tampoco proviene del Incario ni del Tanguantinsuyo. Es propio, es ecuatoriano, ecuatorianísimo, propio de cada región ecuatorial, que la diferencia de las otras, pero, sentimos lo mismo, queremos lo mismo, respecto a nuestra patria.

Queremos ser libres y soberanos, queremos ser nosotros mismos, no nos gusta que nos impongan métodos, sistemas o costumbres extrañas, nos revelamos cuando nuestros gobernantes se entusiasman con extravagantes y odiosos sistemas igualitaristas que nos obligan acatar, o nos alinean a sistemas extraños sin tener la oportunidad de decidir, de acuerdo con nuestro criterio y ambiciones personales de vida. Somos un pueblo libérrimo y detestamos la opresión.

Volviendo al tema de esta carta, me sorprende ver en los vídeos, a personajes, partidarios del Socialismo del Siglo XXI, viajando a centros de moda -no por muchos conocidos- carísimos, de los Estados Unidos y de Europa a comprarse vestidos, ropa, carteras y zapatos, de unos precios que solo los millonarios tienen la oportunidad de adquirirlos y usarlos.

No me lo han contado, lo vi en las redes sociales, ví lucir a ciertas damas vinculadas a las altas esferas del partido de gobierno (A.P), lucir prendas de vestir (zapatos) de $400 y carteras de $8.000. Porque, no creo que sean chimbas, aunque si pudieron ser obsequiadas.

Yo no de estas cosas, ni de precios, ni de prendas de vestir, pero si las mujeres acuciosas, que se fijan en estos detalles y tienen el tiempo para dedicarse a esas cosas y enviarlas a las redes.

Y es cierto, esta tendencia de marxistas y comunistas y de los actuales Socialistas del Siglo XXI, de ser ostentosos y gustarles “el buen vivir”.

Recuerdo que, el Partido Comunista italiano, después de la Segunda Guerra Mundial, en plena democracia occidental, era el partido comunista mas numeroso del mundo, contaban en sus filas con algunos millones de adherentes.

Todos ellos, tenían lujosas mansiones en la playa y junto a ellas un Ferrari ultimo modelo.

Se dice lo mismo de otros líderes marxista en el mundo, sino ellos, sus hijos/as, se dan unos lujos en el exterior, propios de los árabes del Medio Oriente, dueños de pozos petroleros y flotas aviones, etc.

Como lo explican, si en sus países lo critican,pregonando la teoría del resentimiento social de la desigualdad de clases y explotar, su real situación, para lograr sus fines políticos, con teorías extravagantes y con promesas que no podrán cumplir, dadas las actuales condiciones de la situación económica ecuatoriana.

Admiro por supuesto a las mujeres elegantes y que saben vestir bien, de suyo han habido y hay entre las primeras damas, mujeres, muy elegantes y que saben usar la ropa adecuada para las múltiples ocasiones, en las que sus maridos, tienen que presentarse con ellas, durante el ejercicio del cargo, o en sus periplos en el exterior, –otras no– pero son la excepción.

Debo citar a algunas mujeres elegantes en el mundo y en cualquier ocasión: Lady Di, la Reina Isabel de Inglaterra, a través de los años, sobria y elegante. La señora de Barack Obama, que al final del periodo presidencial de su marido, logro ser portada de revistas muy conocidas y leídas en Estados Unidos.

LA señora del Presidente Donald Trump (USA), la esposa del Presidente Macri, (Argentina). Algunas primeras damas de algunos Presidentes Peruanos. La esposa del ex Presidente Frances Sarkozy, y la esposa del señor Gorbachov, el líder de la revolución Rusa, (la segunda) -de los años 80/90-, que destapo el velo de la corrupción y de la desbastada economía Rusa, con el Glasnoff y la Perestroika, en la transparencia, en el manejo de la COSA PUBLICA Soviética.

Hoy, dejado a un lado. así como, el proceso hacia la apertura de la economía de inversión externa en Rusia y de ésta, en el exterior, que propicio, que los anteriores “Zares” y el ultimo Jefe de la KGV, que gobierna en los actuales momentos: soltero, mujeriego y borrachín, que ha desperdiciado su juventud ante las mujeres Rusas (moscovitas), que se catalogan entre las mujeres mas guapas y elegantes del mundo.

Es la teoría de la envidia política, que utilizaron y la utilizan toda la vida, los comunistas en el Ecuador, darle palo al que tiene dinero bien habido y/o es dueño de los medios de producción, hasta “cuando lleguemos al poder, nos apropiamos de ellos” y darnos el lujo del “buen vivir”, que si es la política que nos gusta a los Socialistas del Siglo XXI.

O, se es partidario de la vergonzante riqueza, o se es partidario de la “vergonzante pobreza”, pero no de las dos al mismo tiempo. 

Es la “Ley del embudo”, lo angosto para lo demás, lo ancho para nosotros.

En que quedamos???.