Los ciudadanos activos y reflexivos son los que de alguna manera, en los países democráticos, orientan, guían y definen los caminos y destinos de sus países.
Ello significa una enorme responsabilidad a la hora de elegir a sus gobernantes, a defender sus derechos, a luchar por sus libertades y contra la corrupción y los abusos y excesos de sus gobernantes y a ser los guardianes de sus valores y de su democracia.
Una ciudadanía que no piensa, analiza y reflexiona y que por comodidad, pequeñas prebendas, y beneficios sacrifica su libertad y permite los abusos, la violación de los derechos ciudadanos y el control de todos los poderes por un tirano y sus secuaces, no merece ser libre. Así lo expresó Benjamín Franklin: “Aquellos que cederían la libertad para adquirir una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad.”
Tener el poder de elegir implica además, y eso es muy importante, la obligación y responsabilidad de proteger y defender la correcta y limpia ejecución de las elecciones en todos los procesos, para que sus derechos, voluntad y decisión se respeten y se preserve y consolide la democracia y con ella las libertades en todos los campos, especialmente la libertad de expresión y pensamiento.
Quienes quieren imponernos en su beneficio, con cantos de sirenas, para convencer con ofertas de imposible cumplimiento a nuestros pueblos, merecen nuestro completo y decidido rechazo. Porque además de corruptos e incompetentes son mentirosos y falsos, traicioneros y violentos, opresores y por ello destructores de las libertades, el progreso, la paz, la economía, el compromiso cívico, la verdadera responsabilidad social, el ahorro y la comprensión y armonización de las necesarias diferencias para mantener los equilibrios que requieren los países.
El presente y futuro están en manos de los ciudadanos, es una enorme responsabilidad ineludible por el destino de sus países, el propio, el de sus hijos y los hijos de sus hijos.
Reflexionemos, analicemos y ejerzamos nuestro derecho al voto responsablemente. No nos guiemos por pasiones, falsas ilusiones y engaños de tiranos y corruptos, en tu voto está tu poder y tu destino. No lo olvides para que no te lamentes cuando lo hayas perdido todo.