Ya estamos en la segunda vuelta electoral y como era de esperarse los mensajes ofensivos y campañas montadas para desprestigiar al otro candidato empezaron a aflorar.
Esto cae dentro de lo que se conoce comúnmente como «campaña sucia». Personalmente, la defino como una serie de acciones que premeditadamente se ejecutan sin decoro con el único propósito de debilitar y dañar la imagen del contrincante.
Dentro de este campo no hay reglas, los mensajes se lanzan en la mayoría de los casos bajo la sombra del anonimato, en vista que la carga de agravios los puede llevar a tener complicaciones de carácter penal.
Ahora con la proliferación del uso de las redes sociales, logran el ambiente perfecto para la diseminación de mensajes que normalmente van cargados de insultos o denuncias sin ningún fundamento.
Hay una línea muy fina entre la calumnia y la denuncia seria, debidamente documentada, para sacar a la luz pública hechos relevantes que la ciudadanía debe, conocer para que pueda sopesarlos al momento de votar.
Nuestra Constitución reconoce y garantiza el derecho al honor y al buen nombre, toda calumnia debería ser penada, pero no solo en ocasión de la “sucia campaña política”, sino en todo momento que se perpetre este delito, venga de quien venga.
Tampoco en aras de no manchar o lastimar debemos solapar sinvergüencerías y abusos, para lo cual es indispensable e imprescindible tener las bases y pruebas suficientes para sostener lo denunciado.
El triunfo electoral no debe venir como producto del desprestigio del otro, si así pasara, estaríamos ante la realidad que la ciudadanía tuvo que votar por el menos malo de entre dos candidatos.
Señores candidatos, expongan con claridad los programas y acciones que tomarán en el corto, mediano y largo plazo para enderezar el rumbo de nuestro país.
Pronto sabremos que va a pasar al final de esta segunda vuelta, donde la coalición de la oposición se hará realidad con o sin la voluntad de las cabezas de los partidos políticos, que en su momento buscaron de manera estéril determinada posición electoral.