Este dos de abril, el pueblo ecuatoriano va a elegir no sólo a la persona que dirigirá los destinos de la Patria los próximos cuatro años. Esta elección es una en la que se juega el camino que seguirá Ecuador de aquí en adelante.
El hecho de que hayamos tenido diez años de Revolución ciudadana, ha permitido que podamos tener las bases para decidir el camino que queremos tomar. No todos los hombres piensan igual y desafortunadamente, algunos no piensan, ya sea porque les da pereza hacerlo, o porque prefieren que otro piense por ellos. Creo necesario explicar las conveniencias y desventajas, que, a mi modo de ver, tienen las dos alternativas.
Una premisa anterior: en los momentos actuales todas las líneas políticas miran por el bien común y miran por los más necesitados. Pueden variar en algo en la visión: El Socialismo mira al ser humano como a un hijo desvalido, al que hay que darle de comer en la boca, porque no es capaz de hacerlo por sí mismo. Las teorías actuales de conciencia social, miran al ser humano, como alguien al que hay que ayudarlo a desarrollar, no como un simple objeto.
La Revolución Ciudadana, es de corte socialista, sigue los lineamientos del Socialismo Siglo XXI, cuya forma de gobierno, habla de un Estado protector. El Estado es el que asegura, para todos los habitantes, los servicios básicos, por medio de la distribución de la riqueza. Trata de asegurar para todos los habitantes, un lugar para vivir, alimentación, educación, salud, transporte, etc. Para lograr su fin, trata de estatizar todo, para así ofrecer en forma gratuita e igual para todos, los servicios básicos para el bienestar de sus habitantes: Salud y Educación, y ayuda a los más pobres con bonos para que puedan satisfacer las otras necesidades básicas: Alimentación, Trasporte y Vivienda. El Estado regenta todo y decide como se reparte todo. Para poder lograr eso, es conveniente tener el poder absoluto. Nuestro país actualmente es gobernado en esta forma.
Los lineamientos de la otra opción, mira la iniciativa privada, como motor del desarrollo. El esfuerzo individual y de grupo es lo que lleva al crecimiento. Al igual que el Socialismo, busca entregar en forma gratuita, la Salud y Educación y ayuda con el bono a cubrir, en los más pobres, las otras necesidades básicas: Alimentación, Vivienda y Transporte, pero permite además que la iniciativa privada, pueda brindar, a los que así lo deseen, estos servicios, en forma pagada, lo que genera empleo, y competencia, que ayudan a mejorar los servicios ofrecidos, por ejemplo, en Salud, la atención que se puede dar al pueblo en el socialismo, es ineficiente e incompleta. No es posible dar una atención de calidad a todos, porque el dinero no alcanza para poder hacerlo. Sólo se puede cubrir la salud primaria, que es la más barata, y consiste en tratar en forma ambulatoria, enfermedades comunes. Si el paciente tiene algo más grave, tiene que pedir cita al especialista, y allí comienzan los problemas. Usted llama a pedir una cita y si llega a conseguirla, la obtiene para después de unos meses, generalmente por congestión. Desafortunadamente no se puede hacer más. Por eso en esta opción, aparte de la atención gratuita que se brinda a todos los que la requieren, se permite también una atención privada para el que quiera recibirla, pagando por ella, lo que permite que estos pacientes puedan ser atendidos en forma rápida y eficaz. Lo mismo pasa con la educación, que es y DEBE SER GRATUITA para todos, desde el kinder hasta la Universidad, pero se permite también que quien desea, pueda obtenerla en Instituciones privadas. El punto que hace la diferencia, es el emprendimiento. Todos pueden desarrollar ideas, negocios, crecer profesionalmente, gracias a la libertad de empresa. En el socialismo el Gobierno controla todo.
¿Cuál es la dificultad en ambas? ¡La limitación económica!, No se puede dar más atención que la que los ingresos permiten. En el Socialismo, al querer controlar todo, para asegurar la igualdad, se detiene el crecimiento, y por ejemplo, se detienen los posgrados para formar especialistas, y al haber escases de profesionales, no se puede cubrir las necesidades de la población. En ambos grupos es importante evitar el abuso de los grupos de poder, los que deben ser dominados por las autoridades,
Ambas formas políticas tratan de ayudar a los más necesitados, por medio de bonos, programas de vivienda, salud y educación gratuitas, etc. Lo que me preocupa y me motiva a escribir este artículo, es lo que se está viviendo en el mundo. Al mirar el terror que vivió Cuba hace casi 60 años y el infierno en el que se desenvuelve ahora Venezuela, preocupa el resultado del socialismo. El alcance económico tiene un límite, como lo acabamos de comprobar aquí en el Ecuador, Durante la época de bonanza petrolera, el Gobierno pudo derrochar y aparte dar al pueblo, debiendo luego restringir los bonos, porque, con el gasto y el aumento de la burocracia, ya no alcazaba el dinero para todos los bonos. Ecuador ha quedado endeudado al máximo y con su producción petrolera futura, vendida.
Sr. José Fernando Gómez
Su comentario mesurado es digno de resaltar.
Indudablemente que los dos candidatos representan dos senderos distintos, dos filosofías contrapuestas. La una pone al ser humano como centro de su atención y gestión a través de la consolidación de un Estado fuerte y dinámico. La otra es un neoliberalismoa a ultranza donde el capital privado defiende su peso específico en la gestión de gobierno relegando al Estado únicamente ciertas areas no rentables.
Nuestro pueblo es sabio y sabe el valor de su voto y ha elegido como su presidente a Lenin Moreno Garcés, quien dará un nuevo impulso al proceso de la Revolución Ciudadana, pero es claro también que la mano amiga de Lenin estará esperando tender puentes con todos los ecuatorianos. Pasadas las elecciones no deben haber enemigos, sino tendencias en discrepancias, opiniones diferentes.
Como demócratas debemos asumir la responsabilidad de acatar el mandato del pueblo soberano en un acto soberano que son las elecciones. El presidente elegido será de todos porque todos vivimos bajo una sola bandera, la bandera del Ecuador.