Con el domingo de gloria concluye la Semana Mayor en la que los cristianos recordaron el calvario, la muerte y resurrección de Jesucristo.
El domingo pasado se conmemoró la entrada victoriosa de Jesús a Jerusalén; posteriormente vendría su juzgamiento que culminaría en la Crucifixión.
Los ecuatorianos un pueblo de profundas raíces religiosas ha visto como un proceso electoral donde el suspenso por reclamos de fraude lo convirtió en un auténtico viacrucis y muerte de un sistema democrático que ya tenía mucho que desear.
El 2 de abril a las 17h00 se desató un júbilo momentáneo entre los partidarios de Lasso, era ganador de acuerdo al exit-poll. A los pocos minutos y luego de un sorpresivo apagón del sistema informático, el festejo dio paso a la frustración cuando el CNE pregonaba datos totalmente invertidos. Un candidato oficialista era declarado ilegalmente ganador.
Más del 50% de los ecuatorianos verán cómo se burla su voluntad. Un CNE que considera irreversibles las cifras anticipándose a cualquier impugnación. Se inició la muerte de la democracia sin resurrección, vendrá la putrefacción de la corrupción que con seguridad durará 4 años más.
Con el fin del feriado luego de la Pascua culmina la Semana Santa. En lo político el suspenso se mantendrá, aunque para muchos la suerte está echada. El CNE busca lavarse las manos cual Pilatos aparentando fingir que el pueblo grita Lenín, Lenín.
Que el sufrimiento de un pueblo como el venezolano no se replique. Y que las oraciones den los frutos de la paz deseada.
Las promesas y propuestas del candidato oficialista deben ser cumplidas al pie de la letra. El pueblo no aceptara más engaño e incumplimiento. Las manos extendidas debieron estar siempre y no fomentando una división que parece irreversible.