21 noviembre, 2024

El cambio

“Lo mismo que un rio: el hombre es cambio y permanencia”. Alexis Carrel

“Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes, deberá acomodarse a frecuentes cambios”. Confucio

“¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio.” H. G. Wells

Desde tiempos inmemorables el ser humano y el planeta que habitamos, la Tierra, vive en continuo cambio. Ya lo dijo Confucio y muchos pensadores hace muchos años.

Cuál sería la diferencia del cambio en nuestros días. Este proceso se ha acelerado en todos los campos a un ritmo que no todos los seres humanos están preparados para asimilarlo y con muchísima mayor dificultad aquellos que viven bajo el manto de ciertas religiones, tradiciones, regímenes políticos, condicionamientos culturales, raciales o intereses de todo tipo.

Sin cambios no habría vida. Todos los seres vivientes cambiamos con los años y con diferentes parámetros, nuestros pueblos, ciudades y países.

Cambian con las nuevas tecnologías, a velocidades que muchos no logran asimilar, nuestras formas de comunicación, trabajo, trasportación, vestimenta, alimentación, educación, ciencia, medicina y usted puede añadir muchas más.

En la década de los setenta el reconocido escritor y futurólogo Alvin Toffler en un magnífico libro “El Shock del Futuro” analizaba el impacto del acelerado cambio en todos los campos y sobre todo en nuestras vidas y comportamientos.

Ello nos impacta, a gran una velocidad, cada día y nos produce un “shock” que nos desequilibra y, en muchos casos, nos abruma y frena nuestro desarrollo y vida.

El cambio está siendo asimilado más rápidamente por las nuevas generaciones con consecuencias diversas, unas positivas y otras negativas, para el ser humano, la vida y el planeta.

La moda de que todo es descartable ha producido una enorme contaminación del planeta, pues lo descartable no necesariamente se destruye, caso de los plásticos y muchos desechos, ello ha generado grandes problemas a los seres vivos y al planeta, la contaminación y la afectación del medio ambiente y clima.

Pero los cambios en las relaciones y valores humanos es quizás lo más preocupante. Los cambios en las relaciones de parejas, los divorcios, los nuevos géneros y valores, las nuevas legislaciones, los nuevos empleos, profesiones, expresiones culturales de todo tipo, chocan con las culturas tradicionales, las religiones, el valor y duración de las cosas y sobre todo la habilidad de muchos seres humanos para asimilar los cambios.

Ahora se habla en educación y trabajo que hay que aprender a desaprender. Pues si no dejamos nuestras mentes abiertas al cambio, aferrados a lo aprendido, no cambiaremos o nos costará mucho hacerlo. Pero como en todo, el cambio también podrá decirnos que aprendamos de lo que hicimos y cómo fuimos y mejorémoslo, en lugar de cambiar por la moda del cambio.

Por ello hay que vivir en la era del cambio continuo y acelerado con criterios y valores, pero sobre todo con pensamiento crítico, pues hay cambios propuestos por ejemplo, en el campo político, económico y social que son gigantescos retrocesos al pasado negativo, negando a los países un futuro mejor.

Así mismo muchas religiones en lo que significa los derechos de las mujeres y los niños, por mencionar un caso, no solo no cambian sino que endurecen posiciones y acciones retrógradas, cometiendo atrocidades de lesa humanidad contra los derechos humanos.

Por ello considero que hay cambios positivos hacia un futuro mejor y otros negativos que nos llevan a nuevas crisis mundiales y confrontaciones.

Lo importante es, qué signo de cambio eliges, el positivo o el negativo y qué criterios usas para autocalificarlos, espero que aciertes.

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