Trataré de ser breve sobre el tema de servicio de Taxis Amarillos, soy usuario de taxis ejecutivos o cabify, cuando tengo saldo en alguna tarjeta, amarillos muy poco y totalmente negativo en las noches desde que me hicieron un secuestro express hace ya varios años, diciendo esto, se podría concluir a priori, que estoy a favor del servicio ejecutivo puerta a puerta por plataformas tecnológicas y en eso tendrían razón porque es así. Sin embargo ayer, posterior al paro amarillo, me subí en un taxi normal, bastante cómodo, sin música chichera, con el taxista bien presentado, con aire acondicionado y le pregunté al chofer, porque ellos tomaron la decisión de rebelarse en contra de los “piratas” y me contestó frontal pero muy educadamente, “ellos no están regulados”, nosotros debemos pasar 2 revisiones anuales, tenemos licencia de choferes profesionales, le pagamos al SRI, pagamos nuestros impuestos y además debemos pagar nuestras cuotas sociales del gremio al que somos socios, lo cual es obligatorio para poder ser formales, “nosotros no podemos competir con los informales en igualdad de condiciones”, concluyó enfáticamente.
Si analizamos lo antes dicho, y nos ponemos en los zapatos de los otros, algo básico que me enseñaron en resolución de conflictos, podríamos llegar al menos a inferir que tienen mucha razón y lógica sus protestas, ya que el taxismo formal, lleva la cruz de un grupúsculo de desadaptados conductores que si los hay, que brindan un pésimo servicio a la ciudadanía, más allá del terror que se tiene tomarlos, derivado de los innumerable casos de robos y secuestros en o en contubernio de taxistas amarillos.
¿Señores, es razonable que paguen justos por pecadores? Gran pregunta que nos deberíamos hacer todos, es justo que por el taxi amarillo donde sufrí mi secuestro express, pueda decir que todo el taxismo amarillo es ladrón, aún sin saber si el carro en el que yo me subí era clonado o fuera robado para esos menesteres. Creo que no y debo hacer un mea culpa ya que también soy de los que apoya al taxismo informal, sobre los taxis agremiados.
De que deben mejorar sus servicios los taxistas amarillos, totalmente de acuerdo, pero tampoco y a nombre de problemas de País, como es el desempleo y la delincuencia, podemos renegar de un noble servicio como lo es la transportación pública legal; ahora, peor aún y sinceramente lo que más me irrita, es que nos hemos vuelto defensores de compañías transnacionales como Uber o Cabify, que son excelentes servicios, pero que a mi parecer lo que hacen con el auspicio de cierto grupo ciudadano y me incluyo, es lucrar de la necesidad de varios grupos sociales, léase, desempleados o empleados informales y gente común que clama por un servicio más seguro, pero en detrimento, del dueño del carro informal y del taxismo formal que ven mermadas sus ganancias, ya sea por comisiones por uso de plataforma o simplemente por merma de clientela.
Amigos, reflexionemos un poco más, obviamente yo siempre daré mis mejores lauros al que “cuida mi bolsillo”, pero más allá de esa realidad, existen otras realidades que no nos gusta percibir porque o no me convienen o no son de mi “incumbencia”, la transportación pública es necesaria y debe ser eficiente y eficaz, pero atrás de eso hay mucha tela que cortar y muchas LLANTAS POR INFLAR.
La informalidad y los Taxis amarillos,se parece mucho al argumento del vendedor informal y el de los formales, sean estos restaurantes, almacenes, o cualquier otro tipo de negocio. Por qué el alcalde acabo con las bahías? La respuesta es la misma; por qué es una competencia DESLEAL.